YA NO PUEDO MAS

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Pensaba una y otra vez en ella. Estaba embarazada por cuarta vez. No queria atormentarme con dudas porque tenía la seguridad de que ese bebé si era mio. Se había marchado de París en estado, estaba seguro.

-Y si es de Ryan?
-Y si miente? -pensaba en voz alta una y otra vez.
-No, Daiana me lo hubiera dicho. -dije pasando la mano por mi cabello.

Pero la inseguridad me atormentaba. Que casualidad que estaba embarazada ahora, justo en el momento en que Ryan vivía allí, en la misma casa. Abrí la gaveta del auto y agarré el arma apretándola fuerte. Suspiré profundo y solté el arma cerrando la gaveta con un tirón.

-Cálmate Keinan, cálmate. -decia mirando de lejos la casa de Criss.

Así pasaba mis días, en vela de Daiana. Los celos me atormentaban. Queria darle largas al asunto pero no podía. No sabía vivir en la angustia de saber que él vivia allí, a su lado. Quería recuperarla y no sabía como. Me estaba volviendo loco.

*************

Los días pasaban y pasaban. La soledad me abrumaba y mis días se habían vuelto nada. Jay trataba por todos los medios de hacerme comprender que ya había perdido a Daiana y que lo aceptara pero el entendimiento a mi cabeza no llegaba. Estaba terriblemente obsesionado con aquella mujer.

-Por Dios Keinan necesitas atenderte, nunca pensé que llegarias a tanto. -dijo mi amigo aquella tarde al ver como yo estaba ido pensando en nada.

Me quedé callado y el volvió a hablar.

-Te propongo algo. Vamos a dar una vuelta.

Yo seguia en aquella laguna mental.

-Quieres ir a comprar ropa, quieres que te ayude a arreglarte? -decia desesperado

Miré a Jay sin importarme sus palabras y me senté en una escalera vieja a seguir pensando. El me siguió.

-Mendietta pareces un indigente por Dios

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-Mendietta pareces un indigente por Dios. -dijo desesperado quitándome el cigarro que empezaba yo a fumar. Lo miré furioso y me levanté empujándolo.

-Ya déjame en paz. Estoy harto de todos ustedes, incluyéndote a ti. -dije caminando hacia la casa.

-Pués quédate solo y vete al infierno. -dijo tirándome con una lata de cerveza que había en el suelo.

Me detuve en seco y lo enfrenté furioso.

-Jay no quiero agredirte. -dije con bastante corage.

-Hazlo Mendietta, vamos que esperas. -dijo volviéndome a empujar.

-No me vuelvas a tocar, te lo advierto. -dije con la mirada hecha fuego.

-Vamos desahoga tu rabia, hazlo Keinan, vamos. -me gritó furioso volviéndo a empujarme.

Fue tan fuerte el movimiento que tambalee casi a punto de caer.

-Eso quieres?, eso quieres? -dije furioso devolviéndole el empujon.

TERRIBLE OBSESION ( PARTE 3 SECUESTRADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora