El contrato TRADUCCIÓN

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"¡Harry!" "¡Harry!" "¡Harry!" llegaron las voces de sus amigos, cuando vieron a Harry en la plataforma. Sabían que vendría y lo habían estado esperando, había pasado casi un año desde la última vez que lo vieron. Rabastan y Rodolphus estaban allí junto con Sirius Black para despedir a su ahijado. Ciertamente hizo que todos hablaran y susurraran, como si no hubieran visto a Rabastan y Rodolphus en la gran inauguración de la tienda de Sirius hace apenas una semana.

"Maldita sea, llegamos tarde", gritó Sirius mientras la bocina sonaba advirtiendo a todos que el tren partiría muy pronto. "¡Recuerda escribir chico!" dijo, envolviendo a su ahijado en un abrazo, odiando que tuvieran que apresurarse la primera vez que tuvo que llevar a su ahijado al expreso de Hogwarts. Para despedirlo en el tren. "¡Ahora ve! ¡Date prisa!" sin empujar pero guiando a Harry suavemente hacia las puertas del tren. Harry no sería capaz de correr para alcanzarlo si empezaba a moverse sin él.

Harry subió detrás de sus amigos, la puerta se cerró, y Harry saludó a Rabastan, Rodolphus y Sirius cuando el motor escarlata se puso en marcha y el humo bramó por todas partes, haciendo casi imposible verlos por un momento.

Sirius le devolvió el saludo con entusiasmo, mientras que Rodolphus y Rabastan estaban más serenos y saludaron por solo unos segundos. "Maldita sea, ya lo extraño," confesó Sirius, mientras veía partir el tren, llevándose a Harry lejos de él.

"Es natural, has estado viviendo con él durante casi un año entero", respondió Rodolphus. Colocando una mano tranquilizadora en la espalda de Sirius, en la que el mago se inclinó agradecido.

Inhalando profundamente, Sirius asintió, a pesar de lo sucedido, el secuestro, fue lo mejor que pudo haber pasado. Mientras él y Harry se llevaban bien, eran más como conocidos amistosos antes del secuestro. ¿Ahora, sin embargo? Ahora sentía que él y Harry eran familia, y era el mejor sentimiento del mundo.

"¿Vas a ir a trabajar hoy?" cuestionó Rodolphus, agarrando el hombro de su hermano. Se sentiría tan sin ancla como Sirius en este momento, todo su enfoque había sido Harry durante mucho tiempo. Tardaría unos días en adaptarse.

"Cuarto de trabajo, sí", murmuró Sirius, Arthur había sido el que trabajaba en la tienda desde que abrió hace unas semanas. Su sala de trabajo personal también se convirtió en oficina; todas sus ideas estaban almacenadas allí ahora. No vio el punto de tener más de una habitación en la tienda. Pensando en el Mirror Call que había comenzado a rodar la pelota.

-0 Retrospectiva 0-

"Oye, Arthur, te envié la caja que contiene el último lote de espejos con entrega expresa. Deberías recibirlos en las próximas horas. ¿Cómo va la construcción?" Sirius le preguntó a Arthur a través del espejo, Sirius todavía estaba húmedo por su entrenamiento, en joggers y una camiseta, pero enérgico y feliz de una manera en la que no lo había estado en tanto tiempo. Ya no solo existía... era feliz, y su ahijado avanzaba a pasos agigantados y su compañía ya tenía un contrato masivo en su haber, y ni siquiera se había abierto oficialmente.

"¡Genial!" Arthur casi gorjeó, todo su comportamiento lleno de entusiasmo infantil. "Haré una cita con Amelia más tarde hoy. ¿Cómo está Harry? ¿Está bien?" estaba vestido con túnicas de vestir profesionales reales, blancas y negras impecables, planchadas y parecía años más joven.

"¿Tienes una cita?" Sirius se animó, mirando a Arthur con fascinación, una sonrisa astuta apareció en su rostro cuando Arthur se sonrojó de mortificación por la pregunta.

"Yo... no... no realmente," confesó Arthur, todavía rojo que chocaba horriblemente con su cabello. Realmente no tenía amigos, o más bien no los tenía desde Hogwarts. Se había llevado bien con los hermanos de Molly antes de su muerte. El resto del tiempo estaba en el Ministerio o en casa. Su familia había sido su vida, por familia se refería a sus hijos.