Capítulo 9

445 73 5
                                    

—Entonces… Funcionó, follaron— Dijo Jin sin una pizca de prudencia.

La verdad era que no tenía el tiempo, ni la paciencia para ser prudente. Sus días en Nueva York estaban contados <<Tal vez también mis días en este mundo>> Agregó su vocecita interna. Pero obvio que eso no se lo diría. Jin llegó a la determinación de que nadie se enteraría de su enfermedad. Ya tenía al hombre que se encargaría de todo y si en dado caso fallecía. Entonces dejaría cartas de despedida como el cobarde que era.

—¿Quieres callarte? Alguien puede escucharte— Jimin miró nerviosamente a todos lados, pero nadie lo escuchaba. Estaban ocupados preparando el auditorio de la fundación para su evento de la siguiente semana.

Deseaba que llegara ese día. Si en verdad era su final. Deseaba llevarse un buen recuerdo de la fundación que tanto le había costado construir a lado de Baek y YoonGi. Su gran logro en esta vida. Lo único bueno que dejaría cuando se marchara.

—No hay nadie aquí— Jin señaló a EunJi la cual correteaba llevando tiras de serpentinas. Era fácil distraer a un niño.

—Déjalo, ¿Quieres? No quiero hablar de ello— Jimin parecía avergonzado. Si Jin tenía que ser franco. La verdad era que estaba sorprendido por lo sucedido con TaeHyung y Jimin. Eso sí que no lo vio venir.

—¿Entonces para qué me contaste? — Jin dijo dramáticamente.

—Porque tú preguntaste— Jin rió.

—Solo quería una confirmación, fue fácil leer tu cara— Jimin frunció el ceño.

Jimin era demasiado transparente en sus emociones. Por eso era agradable ser su amigo. No como otros conocidos que no dudarían en darle una puñalada por la espalda.

—Fue anoche, pero como si nada hubiera sucedido— Murmuró.

—Déjame adivinar… Esta mañana ni siquiera te dedico una segunda mirada — Comentó Jin. Típico cuento de novela. El hombre arrepentido.

—¿Cómo sabes? —

—Es algo que haría un hombre que no quiere aceptar la realidad— Jin apretó los dientes. —He conocido a muchos de ellos— Jin endureció el rostro. Era cierto que BaekHyun fue su gran amor. Pero después de la muerte de BaekHyun, Jin se negó a volver a enamorarse. No porque no quisiera enamorarse. Si no por el hecho de que jamás les pudo dar una oportunidad. Jamás podría dejar de comparar lo nuevo con lo que había perdido. Nadie podría reemplazar a BaekHyun.

—¿Alguna vez te volverás a enamorar? — preguntó Jimin. — Perdóname… creo que no debí preguntar eso. —

—¿Acaso estás interesado en mí? — Jin bromeó. Pero fue una mala broma porque ni él sonrió. —Realmente no creo que quieras saberlo. —La mirada de Jin se posó en JungKook. Si Jin de verdad se hubiera enamorado no se hubiera visto en la necesidad de recurrir a JungKook desesperadamente por ayuda.

JungKook era bueno haciendo el trabajo. Demasiado bueno. En ocasiones asustaba de lo bueno que era. Y lo sacaba de quicio. Era peor que haber contratado un enfermero. Y a pesar de eso. De lo personal que podría ser que JungKook lo viera en sus momentos más miserables. Entre ellos siempre existía una barrera invisible. Algo que mantenía la línea entre lo personal y lo laboral. No tenía la menor idea de cómo estaban logrando ser tan íntimos sin serlo. JungKook no le contaba nada de sí mismo y nunca le preguntaba nada. Y, aún así. Para JungKook era fácil leerlo y adelantarse a lo que necesitaba o estaba sintiendo. Era escalofriante. Ya que ni amigos eran.

—Cuéntame— Demandó Jimin llamando su atención.

—Mi corazón murió el día que BaekHyun lo hizo — Jin dijo melancólicamente —Me concentré en el trabajo, la empresa y esta fundación son mi vida—

Lucha por la vida [KookJin] {Adaptación}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora