- Oye cuatro ojos, el entrenamiento terminó, larguémonos de aquí - Dijo Levi una vez estuvo al frente de Hange.
- Qué chico tan adorable - Dijo esta, ignorando por completo las palabras de Levi, mientras observaba al rubio quitarse el arnés a lo lejos.
- Oye no me escuch- - Iba diciendo Levi bastante fastidiado por ese lugar, pero fue interrumpido por Hange quien dijo:
- Iré a hablarle - mientras salía casi corriendo con una amplia sonrisa dirigiéndose hacia el rubio quien ya se había quitado el simulador por completo.
- ¡Oye! - Dijo Levi molesto, sin embargo Hange lo ignoró por completo siguiendo su camino - Tsk maldita cuatro ojos - Dijo al aire.
- ¡Hola! - Gritó Hange una vez llegó a donde el rubio - ¿Cómo te llamas? - Preguntó sonriente acercándose cada vez más a él, llegando a invadir su espacio personal.
- S-soy Armin - Contestó sintiéndose incómodo y nervioso por la cercanía de la mayor.
- ¡Mucho gusto Armin!, Yo soy Hange Zoe - Dijo alegremente mientras se alejaba del rubio para extenderle la mano en señal de saludo.
- Un gusto conocerla señorita Hange - Dijo sonriendo levemente mientras tomaba la mano de esta, un poco más cómodo al ver que la mayor estaba a una distancia menos invasiva.
- Oye - Continuó hablando la castaña, acercándose otra vez al rubio, con una mano en su boca como si estuviera a punto de hablar de algún tipo de secreto - ¿No te gustaría ser parte de la legión de reconocimiento? De hecho, pronto habrá una misión fuera de las murallas para investigar más acerca de los titanes - Dijo con sus ojos brillando emocionada - ¿No te gustaría ser parte de eso?.
Era claro que la mayor estaba persuadiendo a Armin para que este entrara al cuerpo de exploración, de hecho, ya lo había estado haciendo con varios de los reclutas que estaban en el entrenamiento, intentando motivarlos para conseguir más gente en esa línea de combate, pues era cierto que, después de tantas muertes y pérdidas, les faltaban soldados que estuvieran dispuestos a dar su vida por la humanidad al poner un pie fuera de los muros.
Hange al terminar de hablar se había alejado de nuevo, dándole un respiro a Armin de tanta cercanía.
- ¿Investigaciones para saber más de los Titanes? - Dijo Armin un poco confundido y curioso de saber a qué se refería Hange.
- ¿Oh? - Dijo la castaña con una voz misteriosa, acercándose exageradamente al rubio otra vez - ¿Estás interesado en el tema? - Dijo con expectativas, ya que siempre le ha gustado hablarle a los demás acerca de experimentos con titanes y nuevos descubrimientos sobre ellos.
- B-bueno... - Decía Armin haciendo su cabeza ligeramente hacia atrás, tratando de mantener al menos un poco de distancia con la mayor.
Sin embargo, Hange ni siquiera lo dejó terminar. - Entonces ¡Ven conmigo! - Interrumpió mientras tomaba el brazo de Armin y comenzaba a arrastrarlo hacia quién sabe dónde. - ¡Yo te contaré todo lo que sé! - Decía emocionada de encontrar a alguien con quién hablar de lo que le apasiona.
Armin no pudo siquiera decir algo o negarse, quería al menos despedirse de Eren y Mikasa pero volvió su mirada hacia atrás, mientras Hange lo seguía arrastrando sin soltar el agarre ni un poco, pero estaban distraídos y no notaron que el pequeño rubio estaba siendo secuestrado por la mayor.
Armin pasó el resto del día en la oficina de Hange escuchando sus historias y experimentos que había realizado a lo largo de su vida, y aunque le parecía interesante todo lo que la castaña le contaba, estaba cansado y tenía sueño, por lo que podía ver a través de la ventana, ya había oscurecido y posiblemente era muy tarde, y al día siguiente tenía entrenamiento otra vez, pero no quería ser grosero con su superior, ya que esta hablaba con gran entusiasmo y emoción, feliz de hablar de aquello a lo que se ha dedicado toda su vida.
Hacía todo lo posible por mantenerse atento ante las palabras de Hange, pero sus párpados le pesaban y el café que el asistente de la mayor, Moblit, les había traído minutos atrás, no le dió el efecto energético característico de la cafeína y por lo tanto, no le quitó el sueño que sentía.
Ambos estaban sentados en una mesa aparte cerca del escritorio de Hange en donde usualmente la castaña escribía miles de informes, observaciones, dibujos y planos acerca de sus experimentos.
Armin soltó un bostezo, dejando notar su obvio cansancio.
- Deja al mocoso en paz de una vez - Se escuchó una voz bastante conocida por todos desde la puerta de la oficina, la cual siempre estuvo abierta.
Ambos dirigieron su vista hacia la puerta, observando a Levi de pie apoyándose en el marco de esta y de brazos cruzados.
- Mañana tiene entrenamiento y claramente está harto de tus habladurías - Terminó de decir con su típico tono de voz apático.
Armin no dijo nada, aunque realmente estaba agradecido de ser rescatado de una posible desvelada hasta el amanecer, ya que aparentemente la castaña no estaba ni por cerca de terminar de contar su vida como investigadora.
- ¿Oh, es así Armin?, - Dijo Hange con un tono de voz un poco desilucionado - Lo siento no me dí cuenta de lo tarde que era, debes estar cansado. Bueno, no te preocupes continuaremos nuestra plática otro día - Terminó de decir mientras se levantaba de su silla y le extendía la mano al rubio en señal de despedida.
Armin también se levantó y le correspondió el apretón de manos a Hange.
- Buenas noches señorita Hange - Le dijo con una sonrisa, para luego caminar hacia la puerta, en donde aún se encontraba Levi observándolos.
- Buenas noches Capitán - Se dirigió a Levi, inclinándose levemente en señal de reverencia, el mayor solo lo observó en silencio. Armin continuó su camino hacia el cuartel de cadetes, después de todo, no esperaba una respuesta de parte del capitán.
Levi y Hange quedaron unos segundos en silencio, hasta que la castaña habló:
- Ese chico es muy inteligente, me encantaría tenerlo en mi equipo de investigación -- No lo involucres en tus estupideces enfermizas - Dijo Levi consciente de lo que su loca compañera es capaz de hacer.
Hange soltó una risa y dijo: - Espero que se una al cuerpo de exploración.
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Amor En Guerra
FanfictionPara muchos el amor pasa a segundo plano en un mundo de guerras y destrucción. Y ese es el caso de Levi, quien a lo largo de su vida ha presenciado incontables pérdidas y muertes que, con el tiempo, su corazón fue congelándose incapaz de tener un se...