• Capítulo 1 •

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La humanidad ha sido amenazada por los Titanes desde hace muchos años, por lo que los humanos se han visto obligados a luchar y resistir por la libertad, esa libertad de vivir plenamente dentro y fuera de esa jaula a la que llaman muros, y ya no volver a vivir con miedo cada día de sus vidas.

Año 845
El titán colosal y titán acorazado aparecieron de la nada destruyendo el muro y a su vez la paz dentro de las murallas.
La humanidad abandonó el muro María perdiendo una quinta parte de su población y una tercera parte de su territorio. Forzando a la humanidad a retroceder a los confines del muro Rose.

Y desde la caída del distrito de Shiganshina y del muro María, las pocas esperanzas que habían de mantener una vida lo más pacífica posible, cayeron en picada ocasionando más sufrimiento y desesperanza en la población.

Las bajas de soldados tanto de la legión de reconocimiento como de la policía militar fueron notables, retrasando próximos proyectos de investigación para encontrar alguna solución ante aquella gran amenaza que acechaba contra la supervivencia de la humanidad.

Ahora, cinco años después de aquel trágico suceso, una nueva generación de jóvenes empezaría a entrenar arduamente para unirse a alguna de las tropas disponibles.

Era el día de "bienvenida" de los nuevos reclutas y Keith Shadis era el instructor encargado del entrenamiento de la Tropa de Reclutas número 104. Y dado a su personalidad, aparentemente dura y estricta, Armin estaba encogido y nervioso en su lugar, tratando de mantener la mirada al frente intentando no ser intimidado por el mayor, quien se acercaba a los que estaban claramente nerviosos y asustados por su presencia para poner a prueba su carácter y hacerles ver lo difícil que será su camino de ahora en adelante.

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Por otro lado, estaba un Levi fastidiado por la orden que le estaba dando su superior, el comandante Erwin.

-Solo irás a echar un vistazo a los nuevos reclutas y talvez te encuentres con nuevos talentos- Decía Erwin un tanto cansado por la actitud del capitán - No nos vendría mal conseguir nuevos soldados, además si te ven a ti podrías motivarlos a entrar a la legión.

-No veo la necesidad de hacer eso- Respondió Levi de brazos cruzados de pie frente al escritorio del comandante. Realmente no estaba de humor para ver a un puñado de mocosos ingenuos que ni siquiera estaban cerca de imaginarse lo que les esperaba como soldados.- Si tanto quieres atraerlos ve tú mismo y llévate a la loca contigo que al parecer también se muere por ver a los nuevos mocosos.

-¿Hablaban de mí?- En ese momento la puerta se abrió de golpe dejando ver a una energética mujer de pelo castaño y lentes, quien rápidamente se adentró a la oficina hasta estar al lado del capitán.

-Hange- La llamó Erwin- Levi y tú serán los encargados de ir a conocer a los nuevos reclutas para motivarlos a unirse a la legión de reconocimiento, estoy seguro que al ver a dos grandes figuras conocidas por todos, querrán ser parte de su equipo.-

Okey! - Dijo mientras agarraba el brazo de Levi y lo arrastraba hasta la salida. -Veamos con qué chiquillos nos encontramos - Decía en voz baja con una sonrisa macabra a los ojos de Levi mientras se acomodaba los lentes con su otra mano libre.

-¡Oi Suéltame maldita cuatro ojos! - Decía Levi en vano, sabía que ya no tenía escapatoria, así que se dejó llevar ya que Hange no parecía aflojar el agarre.

Amor En GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora