• Capítulo 3 •

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El tiempo pasó sin acontecimientos importantes, los cadetes siguieron entrenando para cuando llegara el tiempo de decidir a qué tropa se unirían.

Hasta que llegó cierto día.

Año 850.
Mientras Eren, Mikasa, Armin y los demás cadetes de la tropa 104, estaban en la parte superior de la muralla Rose, el titán colosal nuevamente apareció de la nada rompiendo el muro, permitiendo la entrada de los titanes.

A pesar de que intentaron luchar contra él para no dejarlo escapar, este se esfumó de repente sin dejar rastro alguno.

En ese momento, la legión de reconocimiento había salido a una expedición fuera de las murallas, dejando a la población indefensa a merced de los Titanes que empezaron a adentrarse a la muralla.

Prepararon la evacuación de las personas mientras la tropa de cadetes número 104 intentaba repeler a los titanes lo más que podían, sin embargo eran jóvenes inexpertos que rápidamente fueron devorados por los titanes, dejando a muchos muertos.

Y entre ellos estaba Eren.

O eso creían hasta que salió sano y salvo de la nuca de un titán, ocasionando conmoción en el ejército, quienes intentaron matarlo pero Armin los persuadió diciendo que podrían sacar provecho de la habilidad de Eren, proponiéndoles la idea de que Eren sellara la puerta de Trost con una piedra enorme, teniendo éxito en la misión aunque con innumerables bajas.

Pero eso no bastó, y el hecho de que el castaño atacó a Mikasa estando en su forma titán no ayudó a tranquilizar a los demás superiores, entonces llevaron a Eren a juicio para asesinarlo de una vez antes de que fuera demasiado tarde y fuera un peligro para la humanidad.

Sin embargo, justo antes de que uno de los soldados de mayor rango le disparara con su rifle, apareció el capitán Levi dándole una golpiza a Eren frente a todos los presentes, haciendo que Mikasa se pusiera furiosa e intentara ir a detenerlo, pero Armin la sostuvo del brazo para que no cometiera alguna locura.

A pesar de esto, Armin también estaba preocupado y asustado por su mejor amigo, pero sabía que era necesario pues intuyó la intención del capitán al hacer eso.

Sabía que esa escena les favorecería para convencer a los superiores de que Eren podía ser fácilmente controlado y asesinado por el capitán, y que además, la legión de reconocimiento podría manejar un poder tan inusual e impresionante como lo es el de Eren.

No obstante, la cara de Armin reflejaba terror y un cierto hilo de enojo hacia Levi, quien observó por el rabillo del ojo que una chica pelinegra quería acercarse a ellos pero fue detenida.

Así que, poniendo más atención, vió de reojo hacia la dirección de los dos chicos, esto sin detener sus golpes hacia el chico esposado al tubo de metal.

Luego dirigió su mirada al chico que la detuvo y lo reconoció al instante, era ese mismo chico rubio torpe de ojos enormes al que ayudó durante el primer día de entrenamiento. Pero en esos ojos no había ese brillo y dulzura que vió la primera vez que lo conoció, sino que había una mirada de ira y terror.

Y estaban dirigidas a él.

Sin saber porqué, aquella mirada le provocó una pequeña punzada en el pecho, decidió que ya era suficiente así que suspiró para finalmente dejar de patear al chico, el cual ya estaba muy lastimado.

Dejó a la multitud asustada por la escena logrando que la legión de reconocimiento tuviera la custodia de Eren, dejando a Mikasa y a Armin de alguna forma más tranquilos, deseando que llegara el día para unirse al cuerpo de exploración y reencontrarse con su amigo.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Finalmente el día llegó, trasladaron a todos los nuevos soldados a un castillo en medio del bosque destinado únicamente a la legión de reconocimiento en donde también mantenían a Eren bajo el cuidado de estos.

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