Querido Nicholas,

siete.

Me preguntaste porque no podía dejar de llorar y tuve que mentir. Dije que la película me había removido las emociones, que soy sensible y que generalmente lloro mucho. Pero en realidad lloraba porque te quiero, Nicholas. Porque estaba tan feliz de que me hubieras besado, de que me hubieras sujetado con delicadeza que lo único que podía hacer era llorar.

Lo lamento mucho, si eso arruino un poco el momento, pero he sido tan triste que a veces confundo las sonrisas con el llanto, espero que puedas entenderme. Espero que me beses de nuevo, espero que no te pierdas en ese callejón y regreses mañana siendo alguien más, por favor. Eso me derrotaría.

Espero que la suavidad de tus gestos sea sincera, porque no soporto las mentiras y me he mentido toda la vida. Le dije a mamá que no importaba que tuviera un amante mientras pudiera continuar en la escuela, le dije a Albert que no perdería el tiempo en la universidad. Supongo que a veces miento, pero cuando estoy llorando siempre suelo ser sincero.

—Por favor no llores —dijiste. Yo sonreí, con el alma.

—¿Qué tiene de malo? —pregunté.

—Nada en este mundo debería hacerte daño, mucho menos yo.

A mi nunca me has hecho daño, y si me rompí levemente frente a ti en ese momento fue porque descubrí finalmente la pieza que tanta falta me había hecho. ¿Cómo te digo que estoy enamorado de ti?

—No estoy triste, y no soy de vidrio, Nick. —respondí —verás que puedo sobrevivir a la tormenta.

Sonreíste, feliz, y efímero.

—A veces creo que la tormenta eres tú, y soy yo quién no va a salir de ella nunca.

—Entonces no lo hagas.

Y te quedaste a dormir aquella noche.

Y la siguiente, y me mostraste tu película favorita.

Y cociné pasta, que te gustaba mucho, te observé mientras dormías y nos besamos en tantas ocasiones que a veces los labios se me resentían. Dijiste que nunca más vivirías en el pasado y que el futuro parecía un poco mejor. No pude preguntarte si te gustaría estar presente en el mío, pero te incluí de todas formas.

Sé que vas a estar ahí, sé que estoy logrando algo.

Te quiero, Nick.

Mateo.