CAPÍTULO 25

182 28 16
                                    

Lo siento por no actualizar :(
Por fin os dejo por aquí un nuevo capítulo.

<3

Me sentía libre, por fin. La libertad era algo que no conocía, y ahora que por fin podía tocarla con las manos, no había forma de explicar todas aquellas sensaciones y emociones que me producía.

Intentando verbalizar todas aquellas sensaciones que recorrían mi cuerpo, es como cuando tienes calor, mucho calor, y de golpe una suave y fresca brisa acaricia todo tu cuerpo. Como si tuviera un gran lienzo en blanco frente a mí, en el que puedo dibujar lo que quiera, un gran lienzo en blanco que te da paso a miles de posibilidades diferentes, nuevos momentos y aventuras, más conversaciones nocturnas que lograran quedarse en mi mente a pesar de los años, risas y abrazos, caricias y besos.

La libertad es un amplio y largo camino que te lleva directo a la felicidad.

Los pelos se me erizaban de tan solo pensarlo, sentía un leve cosquilleo en las yemas de los dedos, y otro en el estómago.

Veía mi vida pasar del blanco y negro a otra gama de colores diferentes, una gama de colores infinita, con millones de tonalidades distintas. Tenía desde el azul más oscuro al amarillo más chillón.

Era la paleta de colores de toda una vida llena de posibilidades, pero no solo eran colores, eran momentos. El amarillo representaba un largo paseo por la playa sintiendo la frescura del mar y la arena bajo mis pies, el azul marino representaba un baile bajo la lluvia, el fucsia es un paseo con amigos por una pradera repleta de coloridas flores, el naranja era cocinar un delicioso pastel relleno de nata y duraznos, el blanco un abrazo sincero, el negro representaba disfrutar de una buena lectura junto a una chimenea y una taza de café, el verde oscuro caminar descalza por la hierba y disfrutar de las cosquillas que te provoca esta.

Respiré hondo. El aire se sentía diferente, yo me sentía diferente.

Alan me rodeó con sus brazos, pegó su pecho a mi espalda, y lo oí suspirar, luego comenzó a acariciar mi melena. Me gustaban sus caricias.

—¿Estás preparada?

—Lo estoy.

Me giré hacia él y lo abracé. Apoyé mi cabeza en su pecho y logré escuchar los latidos de su corazón, lo que consiguió tranquilizarme por completo, me recordaba que él era real, que todo esto era real.

Todas aquellas nuevas posibilidades estaban a la vuelta de la esquina, y yo solo tenía que estar abierta a las nuevas emociones que se me venían próximamente encima.

—Gracias —susurré contra su pecho, mientras inhalaba su aroma y sentía la calidez de su cuerpo envolverme por completo. Él continuó acariciando mi pelo, por un momento se detuvo para besarme la frente, un simple acto que consiguió hacerme sentir más querida que nunca.

No pude evitar pensar en Zac y en Conan, sin ellos me habría rendido mucho antes de haber empezado. 

Continuamos caminando durante largas horas, de vez en cuando nos deteníamos para descansar, y al final, gracias al destino, acabamos encontrando un río, hasta entonces todo lo que habíamos visto se resumía en árboles y más árboles.

—¡No me lo puedo creer! —Grité emocionada.

—Me estaba muriendo de calor —. Comentó Alan.

101 NormasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora