56. Aquí vienen XIV

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Capítulo 56
Aquí vienen
Parte 14

    El hombre ayudó al joven Omega llamado Ji Ning a subir al asiento trasero del sedán, sujetándole la puerta, Luego miró a Zhou Rin que estaba de pie en la acera. Frunció ligeramente el ceño y le dijo en voz baja: "Tú también vienes conmigo".

    En aquella época, era joven y vigoroso, y debido a la excesiva indulgencia de su madre y su hermana, no temía a verse privado de sus recursos económicos, hasta el punto de que a menudo estaba en desacuerdo con su padre, por no hablar de su hermano.

    Si fuera una situación normal, básicamente se habría alejado, pero ahora estaba tan distraído mirando a Ji Ning en el coche que acabó abriendo la puerta delantera y sentándose en el lado del pasajero. A través del reflejo del retrovisor, pudo ver que su cara tenía muy mal aspecto.

    "Tercer Joven Maestro".

    El conductor le saludó y él asintió perfunctoriamente, esperó a que su hermano cogiera la maleta que Ji Ning había dejado atrás y la subiera también al coche. Luego el vehículo volviera a arrancar y su hermano bajó la mitad de la ventanilla, permitiendo que las feromonas que no se habían desvanecido completamente del cuerpo de Ji Ning se dispersaran.

    "Está helado". Miró a Ji Ning, que estaba acurrucado en los brazos de su hermano con un aspecto terrible, su tono se volvió cada vez más sombrío: "Cierra las ventanas".

    "Es por tu propio bien". El hombre no se inmutó: "No sea que luego vomites en el coche y tengas que molestar a otro para que lo limpie".

    Se quedó atónito por un momento, luego recordó que se suponía que aborrecía todas las feromonas de Omega, cuanto más las olía más repugnantes se volvían; sólo que las feromonas de Ji Ning eran diferentes, el aroma tenía una dulzura refrescante que le hacía ya casi olvidarse de él.

    En realidad tuvo una reacción diferente a las feromonas del amante de su hermano... ¿por qué tenía que ser este Omega el amante de su hermano?

    La irritación interior iba acompañada de un vago dolor que se extendía, como si su corazón estuviera siendo presionado incómodamente por una mano invisible.

    Se le apretó el pecho e hizo una mueca cuando sacó su mentolados, queriendo que el cigarrillo fungiera de tapadera, sólo para encontrar su cajetilla vacía. Se enfadó tanto que aventó la caja.

Eso le paso por haber vigilado el callejón como un tonto, terminando fumándose todos sus cigarros y siendo malinterpretado. Se sentía como si tratara de urdir un crimen, y ahora lo seguían mirando con ojos aterrorizados.

    Mirando de vez en cuando por el espejo retrovisor, vio a Ji Ning mostrando una mirada de pánico y su cara se hundiéndose por completo, lamentó cada vez más cómo el haber entrado en el coche fuera de sí, ni siquiera tuvo tiempo de volver al bar y despedirse de sus amigos antes de irse.

    "¿Por qué estabas con esos dos tipos hace un momento? No son gente agradable, no te juntes con ellos en el futuro". Su hermano habló de repente, con una expresión algo fría: "Además, ¿por qué has agarrado a Ji Ning hace un momento y no lo has soltado?".

    Al escuchar al hombre preguntar esto, el cuerpo de Ji Ning se puso ligeramente rígido, aún con la mirada baja, sus pestañas temblaron.

    "¿Qué tiene que ver contigo? No te metas conmigo". Respondió con frialdad, la implicación del hombre había concluido claramente que esos dos estaban con él, lo que le enfureció al instante y le hizo no querer ofrecerle más explicaciones.

Después de correr por diez mundos, ya no pude huirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora