Después de correr por diez mundos, ya no pude huir

70. Ozer I

Capítulo 70 
Ozer
Parte I

    Huo Wuling habló con una sonrisa, pero con una fuerte intención asesina. En un instante, los espíritus malignos se dirigieron silbando hacia la nave, pero cuando se acercaron a la puerta del camarote, chocaron de repente con un muro espiritual invisible y no pudieron entrar en el avión.

    Huo Wuling enarcó las cejas al ver a los espíritus malignos royendo la pared, y estaba a punto de enviar más espíritus malignos cuando se oyó un fuerte rugido en el cielo, y la luz se atenuó de repente cuando dos naves nodrizas, que podían cubrir el cielo, llegaron lentamente, liberando más mechas y naves.

    "Vaya..."

    Varias aeronaves descendieron rápidamente, disparando cañones de agua a alta presión a través del aire, expulsando una gran cantidad de niebla de agua, extinguiendo rápidamente las llamas de las aeronaves, fue sólo entonces cuando Ji Ning vio claramente que esas llamas no habían quemado realmente por completo el interior de las aeronaves, sino que una fuerza espiritual había protegido la cabina de la nave.

    ‘¡Boom!’

    ‘¡Boom!’

    Los magníficos chorros de luz blanca cayeron en todas las direcciones del cielo, atravesando con precisión los mechas y las aeronaves circundantes, la aeronave que cayó abajo estalló rápidamente en un mar de llamas, Alke, en el centro del campo de batalla era como un ángel de la muerte, las pupilas plateadas de sus ojos reflejaban el fuego carmesí, pero seguían pareciendo frías y crueles, sin ninguna calidez.

    Pero después del choque, más naves venían hacia él, rodeándolo. El ejército de Moring había recibido refuerzos, y la situación se invirtió en un instante, mientras muchos más mechas de batalla rodearon a Ji Ning y a los demás.

    "Con un estallido, uno de los mechas disparó un cañón de fotones hacia Huo Wuling, que instantáneamente se retorció y esquivó la onda de luz energética, sus pupilas negras como el carbón barrieron al ejército de Moring extendido en el aire, enganchando sus labios.

    "Ah, parece que hay problemas".

    En efecto, había problemas...

    La mirada de Ji Ning barrió a su alrededor, buscando apresuradamente a Yun Yuan y Fu Qinghan. No sabía dónde había establecido Yun Yuan el marcador del Dao, y si estaba demasiado lejos para que llegaran a tiempo, pues la situación era definitivamente peor.

    Pero en ese momento, la luz del cielo cambió bruscamente, y tanto los mechas que los rodeaban como el enorme portaaviones estacionado sobre ellos desaparecieron en un instante.

    Tanto Herinos, como los demás también habían desaparecido.

    Todo al rededor de Ji Ning estaba vacío, sustituyéndolo por una oscuridad infinita que desprendía un débil resplandor, por lo que no le parecía aterrador.

    Por el contrario, se sintió aliviado al ver este espectáculo, ya que sabía que debía ser obra de Yun Yuan o Fu Qinghan, y como se esperaba, las figuras de estos dos aparecieron frente a él al momento siguiente.

    El chico de la camisa verde sonrió ligeramente a Ji Ning y lo tranquilizó: "No te preocupes, este es un reino de cuevas, aislado del mundo exterior, casi todos los que tienen una conexión kármica contigo ya han entrado en este reino, y también he preparado varias formaciones de ilusión por adelantado.

    Mientras Ji Ning daba las gracias a Fu Qinghan, la mirada gélida de Yun Yuan le recorrió, provocando un escalofrío en Ji Ning.

    "Eres bastante adorado". Yun Yuan se rió fríamente: "Todas estas personas están ligadas a ti por el matrimonio y el karma, pero, ¿acaso están todas las personas? ¿Por qué no me dices de una vez si son todas, o tengo que ir a buscar las faltantes a otro sitio?"