Kim Namjoon.
Definición de perfección si podría referirse a una persona. Alfa, 18 años, 1,86, tez morena y un maravilloso cuerpo ejercitado, sin mencionar el increible empeño académico qué mantenía. El tipo ideal que todos los omegas desean.
Pero al...
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-¿Celo? lo pasan juntos oppa?- preguntó cierta pelirroja.
-Claro hijo, no te preocupes. le dire a Yen ji que traiga tus cosas cariño! Nam cuidara bien de ti- respondió ahora dirigiéndose al omega.
-Gracias Go eun- respondió con un precioso rubor en sus mejillas.
-Cachorro si te sientes mal puedes subir a tomar una siesta- contestó, ignorando olímpicamente a la omega -subiré cuando acabemos.
¿Siesta? arriba? es decir, ¿ese omega dormía con Namjoon? Confundida y celosa era la mejor manera con la que podría expresarse de como se sentía Lía en ese momento. ¿Quién carajos se creía ese omega?
-¿En su cama?- pregunto en voz alta, para acto seguido sonrrojarse fuertemente al notar sus palabras.
-Sí, en mi cama-
-No te preocupes hyung, aún no ha empezado del todo, mamá traerá mis cosas más tarde- respondió, recibiendo un asentimiento por parte de este.
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El olor de el castaño había aumentado, podía decirse que era una clase de reprocha al hallarse el alfa cerca de la otra omega.
El omega yacía con sus castaños cabellos pegados a su perlada frente producto del sudor y la cara ardiendo en fiebre, mientras se mantenía hecho un ovillo en la superficie del sofá. Su carita yacía aferrada con fuerza a la almohada que le había brindado el alfa, mientras mantenía su labio atrapado entre sus dientes tratando de acallar los jadeos de dolor.
Namjoon y Go eun parecían muy ocupados como para murmurar algo. Pero almenos seokjin agradecia a la diosa luna que no había empezado a lubricar, ya que sería muy vergonzoso ensuciar las prendas del alfa con su esencia.
Pero llego un momento en el que ya no aguanto, había soltado un fuerte jadeo seguido de un lloriqueo mientras se aferraba aún más a la almohadita, tratando de tomar un poco de alivio para su pancita.
-Jin cariño que pasa?- preguntó, parandose del sofá para guiarse rapidamente a donde estaba el omega.
-D-duele, duele mucho hyung- respondió. En el otro sillón se encontraba cierta omega virando los ojos con fastidio.
