CAPITULO 1

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COMIENZOS

3 AÑOS DESPUES.

La nieve tocó mis rodillas cuando me hinqué delante de la lápida, estaba fría y las flores que tenía las dejé en el suelo, me quité el gorro de lana.

—Aun no sabía cómo es que después de todo el daño que me hiciste te justifiqué, diciendo que era porque me querías, cuando solo me dañabas. No te perdono, no te perdono que fuiste una mierda, no te perdono por haberme arrebatado mi infancia, no te perdono por ser un mal padre, no te perdono haberle quitado la infancia a mi hermano, no te perdono por hacerme sentir culpable de lo que me pasó, no te perdono por hacerme sentir como una mala persona, no te perdono por ser una persona tan cruel.

No derramé ni una sola lagrima.

—Estoy muy feliz de que no estés en mi vida, te merecías eso y más por todo el daño que me hiciste pasar. Ahora soy una nueva persona, no te quiero y ya no me interesas, ya no estoy comiéndome la cabeza pensando si es bueno o malo lo que te pasó.

Tomé aire y pasé saliva.

—Ya no tengo miedo de nada y aunque no tienes derecho de saberlo, si estoy aquí fue porque mi terapeuta me lo recomendó.

Miré la lápida que estaba del otro lado y sonreí orgullosa.

—Y tú, decidiste aventar a tu hija, a un infierno, sin importar lo que le pasara. Pasaste por muchas mierdas y eso no justifica que me dieras de carnada. Ya no siento nada por ti, ni siquiera rencor, ni por tu familia ¿A quién se le ocurre decirle a una niña de 3 años que fue su culpa que la violaran? Solo a tu familia.

Me puse de pie, tomé las flores y me puse el gorro.

—No los odio, ni les tengo rencor, porque eso significaría darles de mi atención y eso es algo que no pienso hacerlo más.

Les di la espalda a las personas que más me lastimaron y con una honesta y pequeña sonrisa, me puse delante de otra lapida, más pequeñita.

—Lamento no venir ayer, el clima fue muy feo y Edén dijo que no quería que nada me pasara—la limpié un poco y seguí hablando—Te traje unos girasoles, mi chico dijo que fue difícil que los encontrara, pero aquí están—se los dejé a un lado—. Hoy es la segunda navidad que celebro, decoré de nuevo el árbol y preparé ponche de frutas con Wendy. Marlo insistió en que fuéramos a cenar al bar de nuevo, Edén y el andan muy extraños últimamente, pero de por si son así. Edén también me regaló unos pendientes para las perforaciones que me hice, de hecho, está enamorado de una que no te diré hasta dentro de unos años, aun eres una bebecita.

Puse mi mano cubierta por un guante, justo donde decía su nombre.

Hope Abigor Ritchers.

—Ya debo irme bebé, pero vendré mañana y la próxima semana, además hace mucho frio y no quiero tener un resfriado para estas fiestas, te amo mucho.

Le dejé un beso en la lápida y me puse de pie, caminé a la Ford donde estaba el guapo alemán, pero fruncí mi ceño cuando no lo vi en el asiento del piloto. Se suponía que Edén me iba a esperar, como cada semana que veníamos a ver mi bebita que ya tendría 3 años.

Unos brazos me sujetaron por detrás y solté un grito cuando me hizo dar vueltas.

Le pegué en el hombro y me bajó en automático, me contagió su risa de inmediato y fingí ponerme molesta mirándolo mal cuando se le quitó lo gracioso.

—¡Me diste un buen susto!

—Me fue inevitable—me pegó a su cuerpo tomándome de la cintura—Perdona amor.

PECA CONMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora