CAPITULO 31

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—Pondré este gel frío sobre tu abdomen—indicó la doctora, luego vació un poco.

April estaba a mi lado cruzada de brazos mientras seguía detenidamente los pasos de la doctora con el transductor.

La doctora estuvo un buen rato, recorriendo mi panza con el aparato, mientras tenía los ojos entrecerrados en la pantalla frente a nosotras.

—¿Ya te dijeron el sexo del bebé, Donna? La doctora Webber no me puso muy al tanto de cuanto proceso llevaban.

—No, aun no lo sé.

—¿Te gustaría saberlo?

April y yo compartimos una sonrisa.

—Por supuesto—dijimos al mismo tiempo.

—Es una niña.

La noticia me dejó un poco anonada, la bruja aplaudió y me dejó un beso en la frente.

—Es una pequeña—murmuré con emoción y una sonrisa enorme.

Tal vez Hope no había existido, pero ahora realmente estaba esperando una bebita.

—Esa niña será una rompecorazones—dijo April muy feliz—. Que mira, nunca quise decir nada por Lugur, pero Edén, esta de muy buen ver.

Solté otra risa, que se quedó a medias luego de que la doctora también quitara su media sonrisa

—Mierda—murmuró mientras pasaba con rapidez el aparto sobre mi vientre.

Como si estuviera buscando algo.

—¿Todo está bien? —carraspeé.

La doctora no respondió mientras seguía buscando.

—Donna, ¿Cuánto tiene que tu bebé se movió por última vez?

—Bueno, de hecho, nunca se ha movido, lo hizo hace tan solo unas horas.

La Doctora se rascó la nuca y ahora si empecé a preocuparme. April también se tensó luego de ver el rostro de la mujer.

—Doctora.

—Donna—suspiró, quitó el aparato y se empezó a quitar los guantes—. Me temo que tendrás que quedarte más tiempo de lo previsto. No es normal que a tus 26 semanas la niña no se moviera.

—¿No era normal? —me apoyé sobre mis codos viendo el ultrasonido.

La doctora negó y quitó el aparato de mi piel. Con papel retiró el resto del gel y me lo tendió para que yo lo hiciera también.

Saco el carro del ultrasonido del cuarto y me volteó a ver antes de salir.

—Volveré en unos momentos, por favor aguarden aquí.

Asentí sintiendo un malestar de ansiedad, jugué con mis manos, mientras April se acercó a mí y empezó acariciar mi cabeza.

—Todo estará bien Donna, tal vez es una niña floja y por eso no sé movía, leí que a veces los bebés también tienen flojera en los vientres de su madre.

—Pero esto es diferente, April—elevé la mirada a ella—Tal vez, la bebé viene con alguna maldición de Lucifer o...

—O tal vez la bebé es una hermosa nena sana, que está muy cómoda en el vientre de su madre.

—Debí darme cuenta de esto—me paseé las manos por la cara, frustrada—Debí estar más al pendiente de esto, era bastante obvio que la bebé debió de moverse hace tiempo. No era normal que estuviera sin actividad.

PECA CONMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora