Corazón de hielo [Jelsa] CDH #1

❄Capítulo 10: La decisión de la reina❄

El sonido del golpeteo sonaba cada vez más fuerte, la chica castaña trataba a duras penas de romper aquello que la mantenía atrapada en esa habitación.

-Asumelo Anna, no podemos salir de aquí.-Dijo su esposo.

-Oh vamos Kristoff, ayúdame un poco ¿Quieres?-Anna se volvió a su esposo

-Hemos intentado esto por cinco horas, soy realista.-Kristoff se levantó y fue lo más cerca que pudo. Tanto Anna cómo él tenían cadenas de hielo en sus muñecas, estaban en una habitación de hielo, y no sabían como llegaron hasta allí.

Una habitación de hielo. Pensaba Anna, ¿esto tiene que ver con Elsa?. ¿Ella ha hecho esto?. Anna rápidamente reprimio ese pensamiento, Elsa no podría hacer algo así. No no haría nada así.

Anna recordaba estar en el barco, ya la noche se alzaba en el cielo y ella y Kristoff se preparaban para dormir, cuando un golpe fuerte y hizo estremecer el barco y el aire empezaba a tornarse helado. Luego de eso hubo otro golpe más fuerte, Anna pensó en la preocupación de su hermana y trato de aguantar la calma. Anna sentía su piel congelarse. Eso ya le era habitual cada vez que Elsa usaba sus poderes, era un sentimiento agradable, pero esa vez, esa vez no lo era, sentía desesperación en todo el lugar. Eso no le gustó.

Otro golpe, uno inmenso hizo que Anna cayera al suelo junto a Kristoff, pero esa vez Anna vio todo negro para luego despertar en la habitación en la cual se encontraba.

-Tiene que haber una manera de salir de aquí-dijo Anna sentándose junto a Kristoff.

-No podemos quedarnos aquí toda la vida-dijo Kristoff-alguien tiene que venir tarde  o temprano.

-Eso es cierto Kristoff, no podemos estar aquí.

***

Hubo un silencio enorme en la habitación, Anna y Kristoff no hablaban, de pronto a Anna le entraron ganas de gritar, quería estar en casa, con Kristoff, Elsa, Olaf y Sven.

Sólo quería estar en casa.

Un sonido afuera de la habitación hizo que Anna y Kristoff se sobresaltaran, los dos se miraron entre sí, para luego escuchar algo que sonaba como pasos acercándose, ¿Pero de dónde? La habitación no tenía puertas ni ventanas. Era como si estuvieran dentro de un bloque de hielo.

Pero de la nada, Anna y Kristoff sintieron el suelo moverse como si estuviera a merced de un terremoto, Anna y Kristoff no estaban tan lejos así que llegaron a tomarse de las manos.

Una grieta apareció en la pared en frente de ellos, pero no era una grieta, se dijo Anna, era una línea que cada segundo se hacía más grande, y junto a ella habían dos más. Ese pedazo de hielo se iba separando del resto de la pared y se abría como una puerta.

Era una puerta.

Cuándo la puerta pudo abrirse Anna y Kristoff vieron una silueta al otro lado, una femenina, ¡Elsa!. Pensó Anna por unos segundos. Pero esa silueta no pertenecía a Elsa.

La figura se acerco y Anna pudo ver  a una chica, esta tenía cabello negro, la piel pálida y una largo vestido, pero no un vestido cualquiera, era un vestido de hielo. Pero ella no venía sola, detrás de ella venían dos hombres de nieve, grandes, aunque no tan grandes como Marshmallow. Pero lo suficientemente grandes como para levantar cuatro trineos y que pareciera que fueran carritos de juguete.

La chica se dirigió hacía a ellos y les sonrió.

-Buenos días, dormilones, espero que hayan pasado bien la noche.

-¿Quién eres? ¿Por qué estamos aquí?.-preguntó Kristoff con seriedad, pero la chica no le respondió.

-¡Oh santo cielo!, pero mirense.-dijo ella para luego dirigirse a uno de sus acompañantes.-¿Por que han de ponerles cadenas?, ¿no ven que son nuestros invitados?.