10. PELAYO

2K 157 279
                                    

🎵 I Knew You Were Trouble (Taylor's Version)- Taylor Swift🎵

🎵 Sirenas- Taburete🎵

Mi principal propósito esta noche es no emborracharme tanto como la última. Ante todo, no quiero hacer el ridículo ni perderme nada relevante (como Darío enrollándose con Raisa) ni suponer una carga para nadie. El segundo propósito sería... pues no sé, ¿ser simpático? ¿Divertido? ¿Un tío guay? Vaya, que me gustaría que volviesen a invitarme a fiestas como estas o por lo menos no hacer que se arrepintiesen de haberlo hecho en esta ocasión.

Le sugerí a Darío que hiciésemos un disfraz en común: que él fuese Víctor Frankestein y yo su monstruo, por ejemplo. También propuse la misma dinámica, pero con los personajes de The Rocky Horror Picture Show, y ahí sí que me mandó a la mierda. ¡Y un cuerno se iba a poner él un calzoncillo dorado y llamar a eso disfraz!, exclamó. No sé, a mí me habría valido cualquier cosa. Pero Darío reaccionaba mal ante cada una de mis sugerencias. Esta semana ha parecido no querer venir a la fiesta, pero al mismo tiempo también me daba la sensación de que se moría por hacerlo.

Ni idea. Él al final ha acabado reutilizando un disfraz de hace un par de años y se ha convertido en el Hércules de la película de Disney. Y, a diferencia de mí, a él no le está importando mucho el tema de emborracharse: se toma un cubata tras otro mientras mira el suelo con gesto fruncido, casi tratando de no entablar conversación con nadie.

Ha reaccionado de una manera más o menos normal ante los saludos de Jonathan, Isaac y Darío, pero ha puesto una cara rarísima cuando Raisa ha cruzado la puerta, con su peluca naranja y su cara de pocos amigos y le ha dado dos besos en las mejillas. Verlos a ambos me provoca una sana curiosidad: me pierdo tratando de descubrir qué ocultan en las miradas intercambiadas.

Mientras todos estamos bailando en la pista empieza a sonar la canción Sirenas de Taburete. Jonathan e Isaac se miran entre ellos y estallan en carcajadas, a las que enseguida se unen Salva y Raisa.

—¿De qué os reís? —pregunto, ya por curiosidad.

—Pues de nosotros —responde Darío. Yo me siento de pronto un poco acorralado.

—¡No, no! ¡De vosotros no! —exclama Jonathan aún entre risas.

—Es solo que cuando preparábamos la playlist para la fiesta nos preguntamos qué clase de música escucha la gente como "vosotros" —explica Isaac.

—¿A qué te refieres con "nosotros"? —pregunto.

—Pues al dinero, evidentemente —comenta Jonathan.

Por alguna razón me siento entre ofendido y avergonzado. Busco a Darío con la mirada, pensando en que quizás podría responder por mí. Pero me doy cuenta de que está hablando con Salva, como si ellos dos estuviesen teniendo una conversación al margen que por más que lo intente no consigo escuchar.

—Bueno, sí que tengo compañeros de clase que han conocido a los de Taburete en sus conciertos, pero a mí tampoco me interesan mucho —murmuro.

—¡Joder, y lo dice con toda la tranquilidad! —exclama Raisa.

—Ni que tú quisieras conocer a esa gentuza —resopla Isaac.

—Pero, no sé, ¿es normal que venga gente conocida a las fiestas? —inquiere Jonathan.

—Fijo que sí. Cantantes de poca monta, hijos de la realeza y futuros ricos de la peor calaña —responde Raisa —. ¿Es así?

A mí me empieza a doler un poco el estómago, como si se me hubiese encogido. Raisa, Isaac y Jonathan me miran impacientes y yo siento que estoy fallando una prueba que determina mi valía. ¿Y si me han invitado solo para reírse de mí?

Perdona si te llamo Cayetano | A LA VENTA EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora