SALVA: Feliz lunes, Darío. Estás guapísimo.
¿Te apetece que quedemos el miércoles?
Lunes, 22:00 PM
DARÍO: Venga. Sí. Quedemos.
Me has leído, ¿no me vas a responder todavía como castigo por lo mucho que he tardado en responder?
SALVA: No, solo me estoy recuperando del infarto que me acaba de dar con tu respuesta.
DARÍO: Serás dramático...
¿Y dónde vas a llevarme?
SALVA: Te lo digo mañana, que tengo que barajar varias opciones.
DARÍO: Vale, buenas noches.
SALVA: Buenas noches, Cayetano.
Martes, 02:00 AM
SALVA: Mañana miércoles a las 18:00 tú y yo en esta ubicación
Martes, 07:05 AM
DARÍO: Salva, he entrado en la ubicación. Tiene que ser una broma.
¿Dices que tengamos una cita en el Parque Gulliver? ¿A quién se le ocurre?
SALVA: A mi me parece un sitio la mar de romántico y era de mis parques favoritos cuando era niño. ¿No te acuerdas de que fuimos una vez de excursión con el cole?
DARÍO: Claro que me acuerdo, Salva. Pero teníamos 9 o 10 años. Tú aun puedes colar, que eres bajito, pero nos pilla mayores ir a un parque como ese.
SALVA: Joder, que la diversión no tiene edad, lo dice la página web.
Además de estar en el parque podemos alquilar unas bicis, tomar un helado o lo que el señorito quiera.
¡Qué narices! Te estoy invitando yo, en la próxima cita, puedes llevarme donde tú quieras.
***
Se viene cita en el parque Gulliver 👀👀👀
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Perdona si te llamo Cayetano | A LA VENTA EN FÍSICO
RomanceDARÍO tiene dieciséis años, estudia en el instituto privado más elitista de Valencia y (casi) todos sus amigos se llaman Cayetano. Una noche, Darío se cuela en una discoteca y tiene un encuentro con Salva... o más bien, un reencuentro. SALVA también...