Mamá aun esta sentada, llora, llora mucho.
Yo estoy parada. No se imaginan la clase de sentimientos que recorren por mi piel, nunca nadie es cómo James. Solamente estoy parada observándole, él se acerca hasta mi madre, le abraza fuertemente, le susurra algo al oído no puedo escuchar lo que le dijo, solo sé que mamá rio vagamente. Él le vuelve a abrazar, y también deposita un beso en su frente.
Ver esta escena me hace derramar demasiadas lágrimas. Nadie es como James, nadie se preocupa como él lo está haciendo, nadie nos da consuelo como él. No existe nadie como él.
-Hermosa no llores -limpia mis lagrimas con su camisa.
Estas palabras me hacen llorar más.
-Tranquila yo voy a estar para ustedes se los prometo. ¿Me permites abrazarte?
Asentí.
Su abrazo se siente como subir a las nubes, donde solo se siente tranquilidad. Quisiera siempre estar en sus brazos, que no me suelte nunca más. Repetiré mil veces, nunca me cansare de decir, que James es lo mejor alguien que sin darte cuenta, te saca una sonrisa, sientes chispas solo con verlo.
Aun no le cuento todo, pero hoy me abriré con él. No nesecito tener esta agonía encerrada en mí.
-James aún tengo que contarte algo más.
-Dímelo que tu quieras, siempre me quedare para escucharte.
Me acerque donde mamá.
-Mamá quiero hablar un rato a solas con James, ¿podrías irte a mi habitación un momento?
-Claro -se marchó.
Me senté con James en el comedor, es hora de contar cómo me siento a alguien que si me va a comprender.
-Hay días en los que solo quisiera desaparecer, no existir. Porque cada día me siento tan desechada, tan horrible, tan asquerosa. Me miro en el espejo y cada día pienso, ¿por qué a mí?, ¿por qué soy así? ¿Dónde quedo esa persona feliz? Siento que mi hogar ya ni siquiera se siente mi hogar. Ay días en la que solo quiero gritar, tener a alguien a mi lado, pero siempre termino alejando a las personas. Odio los gritos porque toda mi vida he vivido con ellos, odio la comida. Algo que me dice que sí como mucho engordare, seré más fea. También odio a las personas llorando -continue, en este momento le abrí mi corazón-. Porque paso toda mi adolescencia llorando, sufriendo, no quiero que nadie más sufra lo que yo sufro. Agradezco demasiado tener a mi madre. Muchas adolescentes no las tienes o las tienen y no se sienten bien con ellas. Mi madre es lo mejor que tengo, estoy tan agradecida por lo que ella tiene que pasar por mí. Hasta me siento mal por ella, por mi culpa tiene que pasar todo esto, lo se le arruine la vida. Extraño tanto a Marcus que desearía desaparecer mis emociones para no sentir nada. Marcus me enseño todo, pero lo extraño tanto. Es el peor sentimiento que tengo, desearía que él no tenga ese final. Es lo mejor que me paso. He perdido todo. Solo desearía acabar con este sufrimiento.
Es aliviante poder contar a alguien todo lo que pasas.
Mientras le abría mi corazón a James, lloriquee como una niña. James tenía puesta su mirada en mí, solo me escuchaba.
-Nosotros no nacemos con esta tristeza, las personas no las crean, sin darse cuenta nos destruyen, se desquitan sus problemas con nosotros. Ya no nos permiten brillar. A ti ya no te permitieron brillar, te apagaron, poco a poco. Pero de algo estoy seguro. De que te admiro demasiado de tener esa capacidad de soportar tus dolores emocionales sola, y que lloras en secreto. A pesar de estar así sacas una sonrisa a pesar de tus problemas. Es bueno llorar, es común como reír, así que llora todo lo que quieras eres demasiado valiente. Y sé que no estas para nada bien, lo sé, pero me siento orgulloso de ti porque a pesar de que tu vida es tan dura aun sigues viva. Y yo quiero que no te rindas y siempre va a ver soluciones no importa por lo que pases.
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Entre tus hojas
RomanceCrista Miller. Adolescente que ha pasado por situaciones que nadie debería experimentar, llena de inseguridades, temores, y voces que le dicen a diario que ella no vale nada en ningún sentido. Cuando por fin alguien la hizo realmente feliz, la vida...