Capítulo 7

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Ambos se dirigieron a la mansión de Muzan y allí estaban todos, sorprendidos por haber sido llamados.

—¿Quién de nosotros murió? —Se preguntaban entre todos, pero ninguno sabía dar respuesta. Apareció Gyokko, Kokushibo, Akaza, Hantengu y sólo faltaban Doma y Kaiyo.

Akaza sentía que podía celebrar si Doma estaba muerto.

Pero para su sorpresa, ambos demonios aparecieron en la reunión, y sus ropas estaban rasgadas, lo que denotaba que se habían enfrentado.

—¡No! —Akaza no lo podía creer, si ambos estaban así y Muzan los estaba llamando, era porque Doma le había ganado en combate a Kaiyo—. ¡Ese maldito no puede subir de rango tan pronto!

—¡Hola! —Doma los saludó a todos con una sonrisa bastante despreocupada—. Es bueno verlos a todos vivos, ¿Por qué el señor Muzan entonces nos llama?

Pero todos lo miraban con terror.

—¿Qué pasó entre ustedes dos? —Le preguntó Gyokko, el cual lucía bastante asustado—. ¿Se pelearon a muerte?

—Sí —Respondió Doma tranquilamente—. ¿Por qué?

—¿Quién de ustedes ganó? —Pero todos parecían estar desesperados por saber eso.

—Ehh... —Aunque Doma parecía saber a qué iba todo eso.

—Doma —Habló Kaiyo—. Seguramente el señor Muzan piensa darle mi puesto, y lo entiendo, el chico tiene habilidades bastante letales.

La sorpresa y las murmuraciones no se hicieron esperar.

—Tienes toda la razón, Kaiyo —Escucharon la voz de Muzan en el lugar y todos se pusieron de rodillas inmediatamente—. Tú y Doma eran igual de fuertes, pero él te superó porque come más personas que tú, y sus técnicas de sangre no son un juego, estaba esperando a que una competencia así se diera, así que consideren que el destino hizo esto por mí —Ambos se miraron las caras y pudieron ver cómo la letra de sus ojos se intercambiaba con la del otro—. Kaiyo, todavía puedes superar a Doma, pero sólo si comes más, pero si no, podrías quedar en el olvido en cualquier momento.

—Sí, señor Muzan —Kaiyo hizo una reverencia más pronunciada al escuchar sus palabras, deseando que éste no lo castigara por haber perdido su puesto.

—Y Doma —Observó a Doma y éste también hizo una reverencia igual a la de Kaiyo—. No te confíes por haber subido de nivel porque puedes bajar de igual forma, ambos siguen estando casi parejos.

—Está bien, señor Muzan —Habló, de forma bastante tranquila y neutra. Todos lo miraban expectantes.

Cuando salieron de allí, Akaza le lanzó un fuerte golpe a Doma, estaba molesto por ver cómo en un momento ya había subido de nivel.

Éste no se inmutó pero los demás sí se alarmaron por eso.

—Akaza, ¿Por qué le atacas si él no hizo nada malo? —Gyokko intervino en la pelea, viendo cómo Doma se regeneraba del golpe que recibió.

—¡Tú tenías que haber muerto!, ¡No subir de nivel! —Pero Akaza le recriminaba algo que no tenía sentido, Doma ni siquiera estaba cerca de su rango.

—¿Estás... loco? —Le preguntó, mirándolo con el ceño fruncido y un leve gesto de desagrado—. Ni que te hubiera quitado el puesto a ti, idiota, Kaiyo debería ser quien esté molesto conmigo y él lo aceptó.

—¡Cierra la puta boca, Doma! —Y Akaza le lanzó otro golpe en la cara, destruyendo su mandíbula.

—Akaza —Pero todos se quedaron callados al escuchar la voz de Kokushibo—. Ya fue suficiente.

Segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora