Capítulo 23

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—¡Chicos! —Los llamó, pero no obtuvo respuesta, así que decidió revisar las habitaciones para ver si estaban allí, pero tampoco estaban—. ¿En verdad se fueron? —Y el sólo pensar en ello le aterraba, no quería eso.

Revisó el bosque y no los vio y cuando revisó los jardines de la parte de atrás los encontró, estaban colocando unas piedras en una forma extraña y Daki andaba llorando.

—¿Pero qué están haciendo? —Les preguntó, llamando su atención.

—¡DOMA! —Daki inmediatamente se le lanzó encima para abrazarlo y Gyutaro lo miraba con terror—. ¡ESTÁS VIVO!

—Pero claro que estoy vivo, ¿Por qué...? —Pero luego se dio cuenta de que en realidad, las piedras simulaban una tumba—. ¡Ay!, ¡Se pasan!

—¡Es que no volviste, viejo!, ¡Y nos preocupaste!, ¡Pensamos que tu jefe te había matado! —Exclamó Gyutaro, casi que regañándolo—. ¡Así que te dimos por muerto!

—Gracias por enterrarme vivo —Habló sarcásticamente en un tono aburrido, ambos hermanos se echaron a reír—. Aunque estuve cerca de morir, si no me mata Muzan me mata el sol o el hambre o unos cazadores, fue horrible.

—Hueles a sangre —Habló Daki, notando que Doma parecía haber estado lleno de sangre—. ¿Qué te pasó?

—Esta sangre no es mía, acabo de comer algo —Doma habló despreocupadamente, ganándose una mirada curiosa de ambos hermanos—. Tengo que darme un baño, y por favor, quiten esa tumba de ahí.

—Está bien —Y ambos hermanos volvieron a reírse.

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—¿Y ustedes ya comieron? —Les preguntó, colocándose sus ropas especiales para atender el culto.

—Todavía no, íbamos a cazar algo después de rezarle a la tumba pero tú llegaste —Doma los miró con seriedad y ambos hermanos se echaron a reír, tocar ese tema les daba mucha risa.

—Ay sí, graciosos —Daki y Gyutaro volvieron a reírse y Doma negó con la cabeza—. ¡Ya superen el tema!, ¡No estoy muerto!

—Pero lo estarás si tu jefe te encuentra —Habló Gyutaro, recordándole ese detalle.

—Sí, ese es otro detalle —Habló, agarrando su gorro y colocándoselo en la cabeza—. Voy a ir a cazar a los fieles, ¿Me acompañan o esperan aquí?

—¡Vamos contigo! —Habló Daki, la cual quería acompañarle.

Gyutaro los siguió, no muy convencido, ya que esas reuniones religiosas le aburrían bastante.

Lo único que hicieron fue enterarse de chismes que ni les importaban y cosas trágicas, luego Doma los mató.

De un momento a otro, los tres percibieron el olor de un Marechi.

Se quedaron un rato congelados mientras buscaban con la mirada la fuente del olor y cuando vieron que se trataba de un cadáver un tanto lejos de los demás, se le lanzaron encima, llegando Doma primero y agarrando el cadáver para él.

—¡Este es mío! —Exclamó, provocando que los hermanos se le lanzaran encima, Doma empezó a esquivarlos, sin soltar al cadáver.

—¡Dámelo! —Exclamó Daki, intentando quitárselo.

—¡Tú siempre te comes los Marechi! —Gyutaro ya lo iba a agarrar pero Doma se salió de la sala de encuentros religiosos y los dejó encerrados a ambos en la misma.

Empezó a reírse mientras mordía al cadáver, los golpes en la puerta no se hicieron esperar.

Luego escuchó que la puerta empezaba a agrietarse, así que salió corriendo fuera del templo. Ambos hermanos empezaron a buscarlo para quitarle el cadáver.

Segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora