Capítulo 12

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Escuchó gritos afuera y unas cuantas risas, así que supo inmediatamente que Akaza había regresado con ambos chicos.

—¡Aquí están! —Y los traía a ambos agarrados por los cabellos, Daki y Gyutaro se quejaban por ello.

—¡Suéltanos! —Daki intentó atacarlo con las tiras de obi pero eso a Akaza no le producía ni un rasguño.

—¡¿Para qué nos trajiste aquí?! —Preguntó Gyutaro, bastante molesto.

—Fácil, su querido maestro quiere verlos —Y los lanzó a ambos frente a Doma. Éste los miró con sorpresa y ambos hermanos se asustaron al darse cuenta de la otra presencia que estaba con él.

Kokushibo les provocaba mucho miedo, y apuntaba a Doma con una espada adornada con ojos.

—Aquí los tienes, Doma —Habló Kokushibo­—. ¿No tenías algo que decirles?

Pero Doma quería matarlos a ambos por obligarlo a hacer algo tan humillante, según él.

—¡Yo no tengo nada que decir! —Exclamó, molesto. Kokushibo suspiró y le hizo una seña a Akaza.

—Golpéalo —Y le señaló a Doma con la cabeza. Akaza sólo sonrió con malicia, asestándole un golpe tan fuerte que le voló un pedazo de la cara. Ambos hermanos se asustaron.

—Vuelvo a preguntar —Habló Kokushibo, viendo cómo Doma se regeneraba—. ¿No tenías algo que decirles?

—Maldito veinte ojos —Le insultó Doma entre dientes, pero Kokushibo lo escuchó.

—Akaza —Y volvió a señalarle a Doma con la cabeza. Akaza volvió a golpearlo con tanta fuerza que le voló otro pedazo.

—O aprendes a respetar —Presionó la punta de su espada contra la mejilla de Doma, sacándole un poco de sangre con eso—. O aprendes a respetar —Repitió nuevamente pero en un tono frío que daba miedo, Doma terminó de regenerarse y volvió a mirarlo con odio—. Ahora, ¿No tenías algo que decir?

Daki y Gyutaro observaban todo con sorpresa, sin saber exactamente por qué tenían a Doma así.

Éste sólo hizo una mueca de fastidio y negó con la cabeza.

—¡Estás loco!, ¡A ti nadie te dijo que tengo algo que decir! —Pero Doma era duro de doblegar, y no le importaba insultar a Kokushibo con tal de no obedecerle. Éste volvió a darle la señal a Akaza.

Lo golpeó tan fuerte que casi le vuela la cabeza, le voló más de la mitad de ella.

Daki no pudo evitar gritar por eso pero Gyutaro le indicó que se callara, no sabían lo que pasaba pero aquellos dos sujetos parecían superar a Doma en fuerza.

A Akaza ya lo conocían, pero al otro no.

—Creo que esto no está funcionando, Kokushibo —Habló Akaza, señalando a Doma—. No parece tenernos miedo, y no nos obedecerá a punta de golpes, sigue como si nada.

—¿Entonces qué propones? —Preguntó Kokushibo, observándolo con detalle.

—No lo sé... —Akaza pensaba en ello mientras veía cómo Doma se regeneraba, pero luego observó la espada de Kokushibo y se le ocurrió una idea—. ¿Y si le clavas la katana por la retaguardia?

—¡Se nota que ustedes dos están enfermos!, ¡En serio! —Exclamó Doma al ver las ideas que se les ocurrían para hacerlo hablar.

—Eso sin duda le dolería —Habló Kokushibo, dándose cuenta de que a Doma parecía no gustarle esa idea, empezando a examinar su katana para incomodarlo más—. Es una buena ide...

Segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora