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No tenía miedo de que alguien la viera subir, ya no tenía 13 años y aunque no era tan atrevida como Diana estaba dispuesta a que todos los demás la vieran.
Tocó la puerta pero no hubo respuesta, tomo su celular para avisar que ya estaba aquí pero Diana le había mandado un mensaje desde hace 10 minutos atrás.

-Me estoy bañando, no sé si vayas a venir, pero dejé la puerta abierta para ti.

Leona sonrió y entro con confianza. Miro la habitación de Diana y estaba sorprendía de la habilidad de Syndra para reparar las cosas, el suelo no tenía ni una sola gota de sangre, la mesa que Diana quebró estaba como nueva y los adornos rotos estaban acomodados de manera ordenada.

Dejo la pequeña maleta de gimnasio que llevaba con ella en la mesa y saco su celular nuevamente para dejarlo cargando cuando escucho que la puerta del baño se abrió.

Diana salió con una blusa larga blanca que dejaba poco a la imaginación, la blusa era muy transparente, Leona pudo notar que la chica no llevaba ropa interior y solo llevaba esa prenda.

-Hola, no escuché cuando llegaste.

-Hola Diana- Leona giro su rostro para no verla- Acabo de llegar no te preocupes.

-Está bien, acomoda tus cosas en lo que yo cepillo mi cabello, dejo listo mi uniforme y lo que me llevaré mañana y ya me acuesto.

Diana era una chica muy ordenada desde que tiene memoria, sabía muy bien que tenía un Toc relacionado con la higiene y el orden pero en este momento no podía apreciar el ritual de la chica para tener todas sus cosas en orden.
Cuando miro un poco Diana estaba agachada y no esperaba ver eso.

-Te bañaste?

-Yo me baño por las mañanas- Leona tomo su celular para que la otra no notara su incomodidad.

-Sé que este te puede sonar muy enfermo de mi parte, pero me agrada que mi cama este limpia, si quieres dormir conmigo te tendrás que bañar en la noche antes de dormir y en la mañana también.

-Eres una maniaca- Diana sonrió, pero su cuarto sus reglas.

-Me es inaudito que las personas no se bañan antes de dormir, todo el día estuvieron expuestos a su sudor y gérmenes del ambiente y se tiran como si nada en su cama.

-Bueno no todos somos tú, además ¿cómo es que vivías en el campo de guerra con tus manías?

-Es muy diferente estar en un estado de paz en uno de huida respuesta, la vida de militar te enseña a no ducharte incluso por meses, pero si estaba en Babilon incluso obligaba a mis compañeros de cuarto a hacerlo.

-Quienes han sido tus compañeros?

-Es algo complicado- Diana se sentó frente de Leona y, pero no la miraba a ella- Cada que nos llevaban al campo sabíamos que existía la probabilidad de no podernos de muevo, así que cada que salía sabía que al regresar no estarían las mismas personas.

-Eso es muy doloroso.

-En algún momento aprendes a vivir con ello, el estar en contacto con la muerte se vuelve parte de nuestro día a día, no significa que no duela, pero los que quedamos en esta tierra tenemos que seguir luchando por todos los que perdimos.

-Quien te enseño eso?

-Tengo una maestra muy agradable, su nombre es Senna, ella me conseguía libros y fue quien me pagó un favor del que te hable.

-Si me hubieras mencionado que ella te hizo un favor lo recordaría.

-Tal vez no fui muy especifa, pero la misión de espionaje de Syndra en Targon fue un pago por mis servicios en guerra.

Nuestro futuro LeonaxDianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora