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-Jonia es un lugar muy hermoso no?- Nunca había disfrutado de la compañía de Zoe pero hoy no se comportaba como la niña insoportable que era.

-Bastante, es un lugar muy lindo y su gente es muy diferente a la nuestra- Zoe no respondió, oculto su rostro de Aphelios.

-¿Crees que algún día consigamos la paz en Targon?- Aphelios logro escuchar la voz rota en Zoe.

-Aphelios no te puede responder si le das la espalda- Zoe recordó ese pequeño dato

-Perdon Alune- La chica volteo nuevamente, trataba de ocultar su llanto con un puchero- Yo sé que esto es un invento de Leona y Diana para poder seguir juntas pero espero que esto tenga un impacto superior en los Targoneanos

-Lo tendrá, si de algo estoy seguro es que esto no es solo algo por coicidencia o egoísmo por parte de ellas 2- Aphelios sonreía para calmar la angustia de Zoe- Ellas 2 se aman eso nadie lo puede negar, incluso con su historia llena de conflictos pudieron llegar a esto.

-Yo sé que esto no es fingido por parte de ambas pero todo estado saliendo tan bien que no puedo evitar pensar que algo malo va a suceder

-Nada sucederá de eso estoy seguro- Por primera vez en años de conocerse Aphelios abrazo a la chica- Nos merecemos algo bien en esta vida.

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-Que fue lo que hiciste?- Las frías manos de la mujer la sostenían de su cuello, se consideraba a si misma invencible pero la fuerza de esta mujer la tenía sometida.

-No puedo hablar- La fuerza que aplicaba en su cuello la tenía totalmente a su Merced.

-Habla antes de que te mate aquí mismo- La mujer soltó su agarre y ella comenzó a toser- Deja de hacer drama incesario se muy bien que soportar eso y más.

Syndra estaba sufriendo para recomponer su respiración, está mujer era mucho más fuerte de lo que creía.

-No supe cómo hacer que una de ellas bebiera el liquido- Respondió tosiendo del dolor- Así que hice una doble poción y le dije que con ella podría acceder a las memorias de sus padres

-No tienes idea de lo que hiciste!- Le Blanc pateó su rostro y por primera vez en su vida un golpe mano a mano sin uso de magia la hizo retorcerse del dolor.

-La poción principal no se verá afectada- Esto era humillante, estar de rodillas en el suelo con su boca llena de sangre era algo que jamás imagino.

-Que demonios le pusiste a esa poción- Le blanc la levanto del suelo como si fuera una hoja de papel, realmente está mujer la superaba en todo.

-Nada del otro mundo, puedes tomar mi diario de notas y ver cómo la construí- Syndra señaló el libro el cual de inmediato la mujer mayor atrajo a ella

Le Blanc dejo de golpearla, la mujer leía con paciencia cada uno de sus apuntes.
Parecía muy confundida, leía una y otra vez sus apuntes.

-Debe de ser una maldita broma- Dijo la mujer después de algunos minutos- ¿omitiste algo?

-No- Intentaba no mostrarse curiosa pero esto era algo fuera de lo común.

-¡Mierda!- La mujer grito llena de furia, esto hizo que Syndra retrocediera todo lo que podía, no estaba dispuesta a recibir otro golpe de esa demente- Déjame entrar a tu memoria

-¡No! Ni de broma, te estoy diciendo que- Y antes de terminar su discurso sintió un inmenso sueño que la hizo perder conciencia.

Cuando abrió sus ojos estaba en su cama, el sol estaba saliendo y fue el motivo por el cual despertó.

Acaricio su rostro en búsqueda del golpe que le habían dado pero no había ni una sola marca así que se puso de pie para revisar su cuello y tampoco había marca.

-Jaja todo debió de ser un puto sueño- Suspiro aliviada.

En el campo era de las pocas combatientes que siempre llegaba sana y salva, tal vez con algunos rasguños y su uniforme echo trizas pero jamás con golpes visibles.

El imaginar que alguien podría causarle tanto daño como lo había hecho Le Blanc en ese sueño le causaba algo que pocas veces había sentido... Miedo.

Ignoro totalmente esa pesadilla de mierda y se dispuso a alistarse para asistir a clases. Era algo indignante que mientras sus compañeros disfrutaban fuera de la ciudad ella aún tuviera que ir a clases pero era necesario para mantener apariencias.

No duró ni 10 minutos en estar preparada, el tiempo le era un tanto indiferente, con el retraso que tenía ya no llegaría a la primer clase ni de broma, pero nadie la castigaría por eso.

Tomo su móvil para llamarle a Zed, con su retraso el chófer posiblemente ya se hubiera retirado pero al asomar su rostro por la venta miro que aún estaba esperándola.

-Una disculpa- Dijo de manera sincera, no era alguien que pidiera disculpas pero una de las pocas cosas que valoraba en la vida era el tiempo- Me quedé dormida.

-Mucha tarea?

-Algo así- La camioneta fue encendida y comenzó su ruta a la escuela.

-Sabe ya no llegara a la primera hora

-Soy conciente de ello, pero es faltar a una clase o faltar a todas, no creo que a Yummi le moleste mi ausencia por una hora.

-Que hará la próxima hora?- Este hombre no era muy parlanchín pero hoy venía con ánimos.

-No lo sé... No tenía planes para hoy posiblemente me quedé en la cocina desayunando ya que no tuve tiempo de preparar algo para mí.

-Es un buen plan- El hombre llegó a la escuela y se estacionó frente a la entrada- Que tenga un buen día señorita.

-Igualmente- Syndra iba a abrir su puerta cuando observó al hombre bajarse y abrir la puerta por ella- Grácias

-De nada- El hombre metió la mano a su saco y saco una rosa negra- Tome, este regalo se lo manda mi señora

Syndra se quedó congelada al ver esa rosa ¿Eso de anoche no había sido un sueño?

Se sentía mareada, quería vomitar en este justo momento, si Le blanc y la rosa negra habían entrado a sus recuerdos podrían saber cuales eran sus planes y eso significaba que ellos tendrían el mango del sartén. Su plan era lo único que la mantenía con vida no se lo podían arrebatar así.



Nuestro futuro LeonaxDianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora