Segunda parte.

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Hola buenas tardes, aquí comienza la segunda parte de este fic. Dónde veremos otra faceta y otra cara de Jimin y Jungkook. Recuerden aquí está la playlist ☺️ y el los tres capítulos de hoy están dedicados a BlackSwan1323 por mandarme las canciones que estaban bien buenas.

https://open.spotify.com/playlist/639gA3a6TX00ZdUvtE2wMV?si=BuGC-ga4RfiY4e5VhIZwfw&utm_source=copy-link

UN PEQUEÑO COMIENZO*
                                   
                                         
INVIERNO

                         
El despertador. Ese odioso alarido en mitad de la penumbra que anunciaba el final del calor y el sueño. Como lo puto odiaba.

                         
Me escabullí de debajo del señor Park y alargué una mano para apagarlo. Entonces dejé caer mi cabeza sobre la almohada y solté un apagado gruñido de queja. Jimin se movió un poco para volver a abrazarme, como siempre hacía. Levanté el rostro, miré aquellos ojos del azul del mar y le di un beso de buenos días en sus labios perfectos.

                         
—Ya es hora, Jimin —anuncié, como si el despertador y mis quejas no lo hubiera dejado bien claro ya.

                         
Él me dio otro beso y salió de la cama, completamente desnudo, para desaparecer tras la puerta en dirección a la ducha. Yo tardé un poco más, pero la cama empezaba a estar fría y solitaria sin él, así que me levanté y fui a prepararme. Después hice un café para mí y otro para Irene.

                         
—Buenos días —la saludé con una leve sonrisa cuando apareció con su bata blanca y su precioso pelo como el chocolate cayéndole por los hombros.

                         
Era nueva y encantadora. Solar había llamado al señor Park solo para ofrecérsela, porque sabía que él podría apreciarla; eso y que tenía el dinero para pagar aquel pequeño favor como intermediaria. Al parecer Solar tenía una agencia de sumisos además de una tienda BDSM y otra de lencería, era una moderna mujer de negocios.

                         
—Hola, Jungkook —respondió ella, sentándose en el taburete frente a la isla antes de que pusiera su café con leche de avena delante de ella.

                         
—¿Qué tal la audición? —le pregunté—. ¿Te han dado el papel?

                         
Ella resopló y puso una encantadora mueca de pena.

                         
—No creo, el director era un poco estupido y no me dejó terminar.

                         
—Eso es porque no te sacaste las tetas como te aconsejé —bromeé.

                         
Ella se rio, algo musical y dulce en sus labios, antes de darme un golpe suave en el brazo.

                         
—Oye, Jungkook, le he hablado de ti a un amigo actor, vamos a algunas audiciones juntos y... le encantaría conocerte. ¡Es súper guapo! —exclamó, alzando las manos porque había visto mi expresión y sabía que iba a negarme enseguida—. Trabaja en un gimnasio y está muy bueno. Te prometo que te va a encantar.

                         
Abrí los labios para usar la misma excusa que usaba siempre: mi trabajo, pero el ruido de pisadas sobre las escaleras me detuvo. Irene se precipitó entonces sobre el suelo para ponerse de rodillas y agachar la cabeza. El señor Park apareció con su gabardina negra sobre su traje a medida azul oscuro y la bolsa de deporte en la mano.

El Asistente (Jikook)(En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora