VI-GYEONGGI-DO

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Hola! Mis criaturitas del mal vengo con una noticia. Ustedes saben que yo estoy haciendo la adaptación de este libro que le pertenece a LiaGerald. Ella a sacado el libro en físico! Me alegro mucho por ella 😊 por qué es un libro maravilloso recién en un rato más voy a mandarle un mensaje porque no sé si ella querrá que saquemos las adaptaciones que hay de esta y Humano que la está haciendo otra chica. Yo lamentablemente tendré que sacarla. Hasta el momento ella no a avisado nada así que  mientras seguiré subiendo la historia 😍 cualquier cosa avisaré por aquí.

EL AYUDANTE - GYEONGGI-DO*
                                    
                                          
No me disculpé con la recepcionista del salón de belleza cuando llegamos. Ya había quedado claro que ella me odiaba y que a mí no podía importarme menos lo que pensara. Así que nos fuimos directamente cada uno a nuestros sitios habituales en el salón. Ricky, el encantador experto en barbas y nacido en las Barbados, me recibió con una cálida sonrisa y una conversación animada sobre lo mucho que odiaba la navidad. Nos reímos un par de veces con alguna historia compartida sobre las maravillosas y absolutamente humillantes experiencias de unas fechas tan señaladas y, como siempre, tuvo que venir una de las encargadas del salón para avisarme de que llevaban un tiempo esperándome en una de las cabinas de depilación. 

                          
Al terminar pude aprovechar el tiempo que me quedaba para comprobar el avance del regalo que tenía preparado para Jimin. Era tan solo un detalle sin importancia porque, ¿qué le puedes regalar a un hombre que lo tiene todo?

                          
El señor Park volvió recién peinado, con la barba completamente afeitada y una expresión seria. Le recibí con una sonrisa y él puso la mano en mi espalda para empujarme suavemente en dirección a la salida. Me metió en el coche y no esperó ni a que Wonho arrancara de nuevo para besarme y desabrocharme el cinturón. Metió ambas manos para rodearme las nalgas y comprobar que todo estuviera tan suave y libre de pelo como a él le gustaba. Lo comprobó con las manos y después lo comprobó un buen rato con la lengua mientras yo me deshacía en mitad de una respiración agitada y gemidos suaves. Terminamos con un sesenta y nueve un poco rebuscado sobre el asiento del coche. Por desgracia yo no pude correrme, o hubiera manchado por completo al señor Park debajo de mí. Tampoco me importó, porque sabía que aquella noche lo haría. 

                          
El señor Park se abrochó de nuevo su cinturón todavía jadeando mientras yo hacía lo mismo; habíamos apurado un poco el tiempo y Wonho llevaba un minuto esperando a que nos bajáramos del coche mientras algunos conductores le pitaban por interrumpir el tráfico. Salí apresuradamente al frío helado de la calle y casi me resbalé sobre la nieve de la carretera, tuve que apoyarme en el techo del coche con fuerza y calmarme un poco antes de seguir el camino hacia la acera. El señor Park salió de la puerta y le seguí directo a la primera tienda. 

                          
En un momento discreto tuve que limpiarle un poco los morros, porque todavía los tenía húmedos y la barbilla le brillaba.

                          
—El dependiente se dio cuenta —le dije en voz baja.

                          
—¿De qué? —me preguntó un señor Park despreocupado mientras revisaba la ropa colgada en las perchas y miraba las mesas a nuestro alrededor.

                          
—De que tenías la boca manchada de saliva. ¿Por qué no te has limpiado antes?

                          
—Tengo la boca manchada porque te he comido el culo hasta correrme, Jungkook —respondió antes de detenerse para mirarme—. El dependiente lo sabe y a partir de ahora más le vale que deje de echarte miraditas como un puto subnormal.

El Asistente (Jikook)(En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora