Tercera parte.

7.5K 660 203
                                    

UN DÉBUT INCROYABLE

                                    

PRIMAVERA

                    

Francia era un país increíble. ¿Qué cómo lo sabía? Porque iba a pasarme una puñetera semana recorriéndola en un precioso Maserati Quattroporte azul eléctrico; bebiendo vino y cenando en los pueblos más bonitos que había visto nunca, de París hasta Rocamoudure, y de allí hasta Toulouse; recorriendo los viñedos, las iglesias, las esculturas y los caminos empedrados y cargados de historia; durmiendo y follando en las casas rurales y hoteles más románticos con el hombre más guapo e increíblemente sexy del planeta tierra, mi novio de verdad, Jimin Park.

                    

Y Lana. Sí, la joven también estaría allí. Bueno, de hecho, ese viaje era para ella. Al menos, oficialmente. Se suponía que yo solo iría porque era el ayudante del señor Park, para hacerles de traductor y para sacarles fotos que enviaba sin parar al señor Lee. Aunque la realidad, como siempre pasaba con nosotros, era mucho más compleja. 

                    

Todo empezó cuando a principios de marzo el señor Park tuvo que invitar a Lana a la cena de una gala benéfica. Allí, en una conversación bastante tonta sobre el tiempo lluvioso y húmedo que siempre hacía a principios de primavera, Lana dijo:

                    

—Sí, siempre llueve mucho por esta época. No creo que recuerde uno de mis cumpleaños en los que no haya llovido, aunque solo fuera un poco.

                    

—¿Cumples años en agosto? —le había preguntado yo. 

                    

Ya había quedado claro que Jimin no iba a esforzarse demasiado por mantener una conversación con ella cuando yo estaba cerca. Solo se dedicaba a sonreír, asentir y reírse de vez en cuando mientras trataba de tocarme lo más posible o de susurrarme comentarios privados que Lana fingía ignorar.

                    

—A finales, sí, el veinticinco —había respondido ella.

                    

—Oh, yo soy del 1 de septiembre —sonreí—, apenas una semana de diferencia. 

                    

—¿Es usted Virgo como yo, señor ? —exclamó Lana con sorpresa, como si hubiera sido un descubrimiento arrollador y súper importante—. ¡Estaba muy segura de que sería un Capricornio! 

                    

Yo me había reído un poco junto con el señor Park, aunque estaba seguro de que a ambos nos había parecido una completa estupidez lo que a Lana se le había ocurrido decir. El hecho era que, después de haber descubierto su cumpleaños, se me ocurrió que sería lo apropiado organizar algún tipo de fiesta especial para ella. 

                    

—Nada de cenas sorpresa, Kookie —me había advertido Jimin cuando le había hablado del tema. Estábamos desayunando en su despacho y el señor Park comía un poco girado hacia mí en su enorme escritorio de ébano.

                    

—Quizá algún restaurante caro y lujoso —había pensado yo en alto—. Podría conseguir sitio con un par de semanas de adelanto. Iré buscando también un regalo apropiado. ¿Qué le parece un colgante?

El Asistente (Jikook)(En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora