「🐇」Día 29 - Mirando las Estrellas.

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Los días calmados para Bugs y Daffy lo eran todos.

Y es que, teniendo de vecino a alguien tan escandaloso como Sam o impredecible como la Bruja Hazel, las noches tranquilas valían muchísimo.

De hecho, en una agradable madrugada de verano, Bunny le propuso algo a su amante; mirar las estrellas mientras hablaban.

Si bien al principio a Duck le pareció algo ridícula la idea de desperdiciar las horas viendo algo que no le atraía en lo absoluto, terminó cediendo ante las palabras de su novio.

¿Qué tan malo podía ser?

Aprovechando el silencio y la paz del vecindario suburbano, salieron de la casa tomados de las manos, cerrando la puerta del patio trasero, tomando asiento en el césped, observando el cielo.

— ¿Es todo lo que haremos?— Preguntó el pato, impaciente.
— No seas tan impaciente.— Se recostó, palmeando el espacio al lado suyo.— Se trata de disfrutar esto.

Giró los ojos y suspiró.
Se recostó junto y miró el resplandecer tenue de las estrellas, aún sin entender qué veía de atractivo su novio.

— Es una hermosa noche, ¿No?— Preguntó el conejo.

Daffy asintió con la cabeza, colocando sus manos sobre su estómago, moviendo lentamente las patas; un paisaje lindo, sí.
Sintió la mano de su pareja sobre él, haciéndolo voltear a verlo, confundido.

— ¿Qué pasa, Bugs?
— Nada, me gustan tus plumas.

Se volteó un momento, dejando sus ojos sobre él.

— Son muy suaves, me gustan.

Ruborizado con levedad, desvió la mirada.

— C-Claro que te gustan, son lo mejor que tengo.— Presumió.— Junto a mi pico, obviamente.

El conejo soltó una risa, asintiendo con la cabeza.

— Daffy, realmente te amo.— Murmuró, mirando su anillo de bodas por un momento.— Pensar que nos casamos...

Duck suspiró, mirando de igual manera su anillo; aún no terminaba de creérselo. 

— Nunca creí que me casaría con alguien, mucho menos contigo...

Bunny se acercó a él, abrazándolo.

— Yo menos, no me gustaba la idea de comprometerme, pero no pude evitar aceptarlo contigo.— Confesó.— Para bien o para mal, no puedo estar lejos de ti, siento que nos complementamos en todos los sentidos.

Daffy sintió su corazón acelerarse; le costaba creer que alguien lo amara con la intensidad que Bugs tanto profesaba; ¡Él! ¡Él siendo realmente amado!

Correspondió el abrazo de su novio, esta vez, acariciando su espalda.

— Yo tampoco, no podría cuidarme solo, es decir...— Suspiró.— Te necesito más de lo que tú crees.

Confesó, avergonzado.
Antes de que pudiera agregar algo, el conejo yacía encima suyo, mirándolo.

— Daffy...

Ruborizado, contestó;

— Hagamos el amor.
— ¡¿Aquí?!

Bunny negó con la cabeza, sonrojándose por la idea.

— ¡No, tonto! En nuestra habitación.— Se acercó a él, frotando su nariz contra la punta de su pico.— Necesito tocarte y que me toques...

Se recostó a su lado nuevamente, frotándose contra el pecho emplumado, sonriente.

— Pero creí que querías ver las estrellas...
— Tú puedes hacerme ver estrellas cuando estamos juntos, Daffy.

Y ahí iba lo poco que le quedaba de dignidad; se tapó el rostro con ambas manos, avergonzado.

— ¿Daffy?

No dijo nada y se levantó, cargando a su esposo como si fuera una princesa, decidido a darle el mejor espectáculo estelar que alguna vez podría presenciar.

30 Days of Baffy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora