30 Days of Baffy!

「🐇」Día 13 - Yendo a una caminata juntos.

A pesar de que su relación con Bugs tras su noviazgo se había vuelto más unida, debía admitir que aún sentía envidia de él.

Pero no por cosas materiales o de apariencia; él amaba su cuerpo tal y como era, ¡Sobre todo su enorme pico! Estaba orgulloso de el.

Envidiaba su felicidad.

La capacidad que Bunny tenía para ver todo de manera positiva aún en la peor situación y ser capaz de calmarlo, era, bueno... Increíble.

Desde la pérdida de dinero que causaba el tener de novio a un comprador compulsivo hasta cosas más sencillas como la falta de algún ingrediente en la cocina;

"Todo tiene una solución, Daffy. No tienes por qué ahogarte en un vaso de agua".

Lo encontraba fascinante.

Por lo cual, cuando su novio le propuso salir a caminar por el bosque cuando el auto se descompuso y tendrían que esperar hasta la mañana siguiente por un mecánico, no le sorprendió en lo absoluto.

Lo que sí lo asombró, sin embargo, era su actitud tan relajada al respecto.

Mientras tomaba de la mano al conejo y lo seguía, se dedicó a mirarlo.
Bajo de la luz de la luna, se veía aún más atractivo.

Los grandes dientes que tenía y sus largas orejas, viéndolo desde esa perspectiva, eran hermosos.
Y ni hablar de su sonrisa mientras le hablaba sobre lo-que-sea-que-fuera.

— Y entonces Tina me pidió ayuda para comprarle un obsequio a Lola.— Dijo.— Le sugerí regalarle maquillaje o pastelillos, a ella le encantan los postres, ¿Tú qué opinas?

Daffy se quedó callado, aún mirándolo, atontado.

— ¿Daffy?— Preguntó, posando su vista en él.— ¿Me estabas escuchando?

Al darse cuenta de su descuido, negó con la cabeza, desviando la mirada y ruborizándose.

— No... No realmente.— Dijo.— Estaba... 
— Pensando en ti, lo sé.— Suspiró.— Como sea, creo que no era importante lo que contaba.

Daffy se detuvo y tomó de los hombros a su pareja, negando con la cabeza.

— No, de verdad, no pensaba en mí.— Tragó en seco.— Estaba pensando en ti, de hecho...

Las mejillas de Bunny se encendieron de un color rojo; ¿era en serio?

— En mí... ¿Por qué?
— Pensaba en ti, en tu rostro, tus cualidades...— Bajó la mirada, apenado.— En lo mucho que envidio tu manera de ver todo, a todos...

El conejo se sorprendió gratamente.
Jamás pensó escuchar eso de alguien como Daffy.

— Pero... Solo pienso como alguien normal.— Respondió.— No hay nada de especial en lo que digo o pienso.
— Sí lo hay, no seas tan modesto.— Se acercó a él, dejando una corta distancia entre ambos rostros.— Todo acerca de ti es como me gustaría ser, Bugs. Todo en ti irradia felicidad.

Tras esa confesión, no podía sentirse más vulnerable.
Él era el único al que le confiaría todo sobre sus debilidades, miedos e inseguridades; ¿Ahora lo dejaría por mentir sobre sí mismo?

Las manos de Bugs rodearon el cuerpo de su amado, dejando su cabeza sobre su hombro, sonriendo.

— Te amo por cómo eres, Daffy. Amo que nos complementemos.

El pato correspondió al abrazo, sintiéndose tocado por las sinceras palabras de su novio.

— Dame toda la paz y alegría que hay en tu mente.— Pidió en un murmuro.
— Te la daré.

Cerró los ojos, disfrutando de la piel y aroma de su amante, sintiendo, de hecho, paz en su interior.