「🦆」Día 20 - Día lluvioso.

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Los días lluviosos para Daffy no eran fáciles.

Y no solo por el hecho de que toda la ciudad se mojaba y no podía salir a pasear ni divertirse como acostumbraba por las tardes.

Era más bien el ambiente melancólico que este atraía.

Al ver las gotas de lluvia caer por la ventana de la sala, no podía evitar pensar en todo lo que había vivido con anterioridad.

La negligencia de sus padres, el abandono de familiares, la muerte de su amada abuelita, el acoso escolar y la ruptura con su novia, Tina Russo que se casó meses después...

Sin mencionar su escaso círculo social.

¿Por qué no tenía más amigos? ¿Por qué se sentía tan solo en el mundo?

Suspiró, bajando la mirada.
Caminó hasta la sala y tomó asiento en su sofá azul, mirando al techo, pensativo.

¿Realmente era su culpa por alejar a los demás gracias a su egocéntrica forma de ser o no era lo suficientemente bueno para tener gente a su alrededor?

Cerró los ojos, agotado.
Precisamente por eso odiaba esos días.
Lo ponían a divagar y, sus divagaciones, siempre resultaban en pensamientos negativos.

Como si las gotas no fueran suficientes, un par de relámpagos comenzaron a azotar la tierra, asustándolo y llevándolo a juntar sus piernas con su cara, cubriéndose, como si fuera un pequeño polluelo.

— ¿Por qué...?— Murmuró.

Escuchó en silencio la manera en que la llovizna golpeaba su hogar, resignándose a tener que pasar la madrugada así.
Solo con su mente.

Se sentía tan patético, como si fuera un payaso ridículo miembro de un circo sin éxito.
Sin sentido.

El sonido de una puerta abriéndose lo hizo voltear.
Era Bugs, su novio.
Cuan resplandeciente sol, la habitación se iluminó por completo al ver su hermoso rostro; ¡Cuánto había extrañado esas largas orejas y esos dientes enormes!

Alegre de verlo, se levantó y corrió hacia él, importándole poco mojarse gracias a lo húmedo que se encontraba o las bolsas que dejó caer al suelo gracias al repentino abrazo.

— ¡Daffy, espera a que me seque!— Exclamó, intentando quitárselo de encima.— ¡Necesito...!
— Por favor abrázame.— Pidió.— No te pediré más esta noche, pero por favor, quedémonos así un momento...

Un poco preocupado por su comportamiento, Bunny suspiró y posó su mano sobre su espalda, acariciándolo.

— Solo fui por un par de cosas a la casa de Lola...— Miró a su pareja.— No tardaría, ya te lo había dicho.
— Lo sé, es solo que, no me gustan estos días...

El conejo asintió y continuó abrazándolo.
Nunca lo diría en voz alta, pero ver a Daffy actuar así le provocaba demasiada ternura.
Jodidamente vulnerable.

Duck cerró los ojos, dejando que la calidez de su novio lo abrazara por completo.

Al menos con él a su lado se sentía más tranquilo.

30 Days of Baffy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora