30 Days of Baffy!

「🐇」Día 27 - Canción Favorita.

La música para Daffy y Bugs era tan importante como para cualquier otra pareja.

Era quien los acompañaba en todos sus momentos; los felices, los tristes, incluso los más íntimos.

Y por supuesto que tenían su canción favorita; aunque, claro estaba, que no era convencional como la de otras relaciones.

La lírica de la misma, al hablar de preferir pasar el día estar junto a tu amado disfrutando la compañía y conversando sin usar palabras, era extraña para tener como la predilecta para disfrutarse en pareja.

Escucharla junto a Bugs, para Daffy, era una experiencia única; decía básicamente todo lo que ansiaba comunicarle a su novio sin problema alguna, y, de alguna forma, era invitarlo a hacer el amor.

No sería la excepción esa noche.

Con el volumen al máximo y la aplicación Spotify en su teléfono, seleccionó la pista, dejando que hablara por sí sola, observando a su pareja terminar de arreglarse para ir a jugar Póker con Porky.
¿Cómo resistirse a Lay it Down?

Y no es que Daffy fuera un novio controlador; es que la idea de pasar la noche en vela con su novio amándose era más que tentadora, y no quería desaprovecharla cuando estaba en ese ánimo.

Las orejas de Bunny se tensaron y rio. Sabía lo que significaba cuando su pareja ponía esa canción en específico. Era demasiado predecible, de hecho.

— No vayas, Bugsy...— Murmuró, abrazándolo por detrás, dejando su cabeza sobre su hombro.— Pasemos la tarde juntos, dile que no saldrás esta noche.

Sus manos subieron al pecho del conejo, acariciándolo con suavidad, oliendo cuidadosamente su dulce aroma.

— Daffy, se lo prometí.— Intentó zafarse.— Además, ayer...

Haciendo caso omiso, dejó un par de besos sobre su nuca y se frotó.

— En serio, te necesito, Bugs...

Bunny esbozó una sonrisa.

— ¿Estás en celo o algo así?

El pato no dijo nada y se limitó a continuar acariciándolo, suspirando.

— No soy un animal salvaje, solamente quiero estar contigo, no seas tan engreído.
— Está bien, pero solamente si...

Se dio una media vuelta, quedando frente a su novio, besando su pico.

— Vas arriba en esta ocasión, quiero saber qué harás para impresionarme.

Tentado, sonrió y tomó a su novio de la cadera, cargándolo sin problema alguno.

Gracias, Steelix.