4.- ENFERMERÍA.

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Despertó algo desorientado y la brillante luz de la habitación lo hacía cerrar continuamente los ojos. A lo lejos, el murmullo de diferentes voces resonaban en su cabeza, y aunque no podía entender exactamente que decían, sabía que hablaban de él.

—Jimin... Jimin... — escuchaba la voz de Namjoon a lo lejos —. ¿Estás bien, Jimin?

Intentó enforcarse en la voz del moreno, empero, una mano grande y un tanto caliente lo distrajo al posarse sobre su hombro. Con la vista aún nublada, continuó el recorrido de aquel brazo hasta que pudo enfocar al portador. Casi de inmediato, sus mejillas se tornaron de carmín y bajó la mirada.

—¿Estás bien? — preguntó con voz ronca.

—Y-yo... — tartamudeó —. ¿Qu-qué pa-pasó? ¿Dón-de estoy? — se sobó la mejilla que le ardía.

—Un balón te golpeó. — se adelantó el director —. Parece que el entrenador Chan tiene buen brazo. — se rio con algo de fuerza —. El profesor Jeon te cargó hasta aquí.

—¿Te duele mucho? — se aventuró el azabache pasando la mano con delicadeza sobre su mejilla.

El rubio volvió a sonrojarse. Sin embargo, en ningún momento apartó la mano del docente, por el contrario, inconscientemente ladeó la cabeza sobre la mano que le acariciaba disfrantando del contacto.

—No me has respondido. — susurró moviendo su dedo pulgar.

—Creo que ahora estoy mejor. — soltó en tono dulce —. Gracias, no debiste cargarme hasta aquí.

—Es lo que cualquier persona hubiera hecho. — le restó importancia y se acercó ligeramente —. Además no pesas nada, para mi fue un honor.

—¿Se encuentra bien? — preguntó Chan rompiendo la burbuja entre ambos —. Siento mucho este penoso accidente, el viento me jugó en contra, no fue mi intención golpearlo.

"Quizá un poco" pensó el entrenador.

—Tienes buen brazo. — se aventuró Jeon.

—¿Eso crees? — sonrió con cierta malicia.

El rubio podía sentir la tensión sexual entre ambos educadores, por lo que se alejó intentando levantarse, empero sus piernas no respondieron y antes de impactar, los fuertes brazos de Jungkook lo detuvieron, como si de una pluma se tratase, volvió a levantarlo al estilo nupcial para recostarlo de nuevo en la camilla.

—No deberías levantarte así. — reprendió en tono suave —. Aún estás un poco aturdido por el golpe.

"Y por usted" quiso decir, pero se abstuvo de cualquier comentario y solo afirmó con la cabeza.

—¿Estás bien, Jimin? — preguntó Kim y el rubio asintió —. ¿Quieres irte a casa? Aún te ves algo pálido. —Park volvió a asentir.

Como un niño pequeño, hizo un pequeño puchero y alzó los brazos hacia el moreno quien rodó los ojos y lo acomodó en su amplio pecho para cargarlo. Los ojos de Jeon se abrieron entre sorpresa y recelo. De forma rápida, cruzó miradas con su amigo y Kim solo se encogió en hombros para sacarlo de ahí.

—Nos vemos después, Kook.

Se despidieron y emprendieron camino. Una vez dentro del auto, Jimin colocó sus manos sobre el tablero y dejó caer su cabeza encima de éstas en repetidas ocasiones.

—¿Qué haces? — preguntó Namjoon mirándolo confundido.

—¡Aahg! ¡Soy un idiota! — se levantó y palmeó su frente con fuerza —. ¿Cómo diablos fui a parar aquí?

FÍSICA Y QUÍMICA. (KOOKMIN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora