19.- ATRAPADOS.

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Namjoon recorría con cierta desesperación la universidad. Había llamado a Jimin un centenar de veces y éste parecía estarse escondiendo. Su corazón latía acelerado y la gran mayoría de él esperaba que el rubio aprobara todas sus materias, de lo contrario estaba seguro que iría a la cárcel por intento de homicidio. Preguntó a más de un estudiante si lo habían visto, pero todos negaron. Como si se tratase de un milagro, se encontró con un chico rubio repleto de pecas.

—Disculpa. — lo llamó un tanto cohibido.

—¿Sí? — respondió curioso.

—Hola, lo siento, sé que seguro no tienes ni idea quien soy, pero... ¿De casualidad has visto a Park Jimin?

—¿Park Jimin...? — pensó unos segundos —. Ammm... La última vez que lo vi fue en la clase del profesor Jeon.

—¿Crees que siga con él?

—Lo dudo, ya pasó un rato, pero podrías preguntarle, su oficina está en aquel edificio. — señaló hacia la derecha —. Tiene una placa en la puerta con su nombre, así que no te será muy difícil llegar.

—¡Muchas gracias! ¡Has sido mi salvación! — dijo sonriendo ampliamente.

—Si, no es nada. — murmuró un tanto apenado —. Que lindos hoyuelos...

Las mejillas del moreno se tornaron rojas y el rubio solo le sonrió de forma tierna.

—Gr-gracias...

—No es nada... — lo incitó a decir su nombre.

—Na-Namjoon...

—Felix. — hizo una pequeña reverencia —. Espero que tengas suerte, Namjoon y... No dejes de sonreír, apuesto a que le alegrarías el día a más de uno. — le guiñó el ojo y se fue.

—Si Jinnie se entera seguro me corta las bolas y las cocina en un estofado obligándome a comerlo. — murmuró para sí mismo encogiéndose para intentar borrar esos pensamientos.

 — murmuró para sí mismo encogiéndose para intentar borrar esos pensamientos

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Jeon se encontraba penetrando con fuerza el pequeño cuerpo. Besaba, lamía y mordía todo el torso de su pareja. Dejaba marcas por todo su lechosa piel y unas cuantas más de sus manos sobre las caderas ajenas. Ambos gemían y temblaban de placer, sus cuerpos parecían haberse fusionado porque una vez juntos, era muy difícil que se pudieran separar.

Jimin era un manojo de gemidos, sudor y placer, en su linda y rubia cabeza no lograba entender al cien por ciento cómo es que ese hombre podía hacerlo tocar el cielo en tan poco tiempo. Si bien, no es como si fuera un cualquiera, pero tenía demasiada experiencia sexual para saber cuando alguien realmente lo llevaba a la gloria y de todas esas parejas, no había ninguna como él...

 Si bien, no es como si fuera un cualquiera, pero tenía demasiada experiencia sexual para saber cuando alguien realmente lo llevaba a la gloria y de todas esas parejas, no había ninguna como él

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FÍSICA Y QUÍMICA. (KOOKMIN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora