21. - SALVACIÓN.

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Luego de que Namjoon se fuera, Yoongi regresó con su prometido y su amigo, ahí los encontró platicando como las típicas vecinas chismosas.

—¿Te golpeé muy fuerte? — preguntó Min.

—Un poco, me duele el trasero. — hizo un puchero.

—Entonces te duele la mitad del cuerpo. — dijo Tae aguantándose una carcajada.

Jimin lo miró mal y sin poder evitarlo, ambos comenzaron a reír como locos.

—Sabes que si no lo hacía Namjoon nos iba a matar a ambos, ¿cierto?

—Si lo sé. — suspiró resignado.

El celular de Jimin comenzó a sonar y este empezó a buscarlo a tientas sobre el sofá hasta que lo encontró en el suelo. Al ver el contacto, una sonrisa se dibujó en sus labios y respondió.

—¿Sí, diga? — respondió en un tono infantil.

-¡Jiminnie!

—¡Taemin! ¿Qué pasa?

¿Estás ocupado, cariño?

—Para ti jamás. — dijo coqueto.

Eso me encanta. ¿Te apetece ir por un café o una malteada?

—¡Claro! ¿Cuándo?

Ahora mismo, dulzura, estoy afuera de tu casa.

Se asomó por la ventana y el auto encendió y apagó las luces, él lo saludo con la mano haciéndole además una seña de que saldría enseguida. Colgó, subió corriendo por otro par de zapatos y se encaminó a la puerta.

—¿En serio saldrás con él? — preguntó Tae asomándose por la misma ventana.

—¿Sí, por qué?

—Quizá... ¿Por qué es el ex novio que te rompió el corazón, el que te uso para saltar a la fama y el que además nos cae mal?

—No seas exagerado, Tata, eso quedó en el pasado. — le restó importancia y salió de la casa.

El camino transcurrió tranquilo mientras hablaban de trivialidades. Llegaron a una elegante cafetería de grandes ventanales. Avanzaron a la barra donde un chico de grandes anteojos atendía.

—Yo quiero un latte descafeinado con leche de almendras y no lo batas tanto. — soltó con desdén.

Con una sonrisa fingida asintió con la cabeza —. ¿Usted qué ordenará? — preguntó nervioso.

—Un americano sencillo, por favor. — sonrió.

—Claro, sería un total de 10,000 wones.

Taemin prácticamente arrojó su tarjeta al cajero que, gracias a sus reflejos, alcanzó a atraparla en aire. Luego de un par de intentos interrumpió la interesante plática del Idol sobre sí mismo.

—Disculpe, me temo que su tarjeta ha sido declinada. — dijo con algo de vergüenza.

—¡¿Declinada?! — se exaltó en seguida —. Declinado seguramente está tu cerebro, ¿Sabes quién soy yo, maldito cuatro ojos? ¿Tienes una maldita idea de a quién le estás faltando al respeto?

—Señor yo solo estoy haciendo mi trabajo y... — levantó las manos con nerviosismo.

—¡¿Acabas de llamarme Señor?! — abrió los ojos como platos.

—Estás haciendo un escándalo. — susurró Jimin.

—¿Un escándalo? — preguntó enojado —. Este empleaducho se merece que lo despidan por las tonterías que sigue diciendo.

FÍSICA Y QUÍMICA. (KOOKMIN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora