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Comenzaron a besarse despacio, un suave y dulce vaivén entre ambos, poco a poco, fueron abriendo los labios para probar sus lenguas comenzando un húmedo juego de dominio. Jimin se acomodó mejor sobre las piernas de Jungkook, y este lo abrazó por la cintura metiendo las manos por debajo de su suéter. Movió sus cuerpos hacia la orilla del sillón para poder levantarse.

—Enrolla tus piernas, voy a cargarte. — pidió sobre sus labios.

El rubio obedientemente hizo lo que se le pidió mientras se aferraba al cuello contrario. Jeon se levantó empujando ligeramente a Bam para caminar a su habitación. Al llegar, depositó con delicadeza al chico sobre el colchón acomodándose entre sus piernas. Continuaron besándose por varios minutos hasta que Jimin decidió meter las manos debajo de la camiseta de Jungkook, pasando suavemente las manos por toda su espalda.  Adoraba la sensación de la tersa piel y los músculos tensándose bajo su toque, mientras que el docente acarició las curvas del rubio por encima de la ropa.

Sin separarse, Park comenzó a levantarse obligando al chico a imitarlo, le indicó que se sentara para poder colocarse sobre sus muslos. Cuando así lo hicieron, Jungkook le sacó el suéter con demasiada calma, dejó sus labios para atacar su cuello y continuar descendiendo por el pecho. Capturó uno de los erectos pezones en sus labios para dedicarse a jugar con él, mordiendo y succionando, además de apretarlo contra él. El mayor soltaba algunos suspiros y se aferraba a la cabellera azabache.

El menor continuó bajando por los pectorales, para volverlo a acostar. Con su lengua hizo un húmedo recorrido desde el centro del pecho hasta la cadera, donde dejaba besos. Al igual que con el suéter, fue despojándolo de la parte inferior de su ropa, acariciando toda la piel en el proceso. Cuando iba a bajar la ropa interior, las manos del chico lo detuvieron.

—¿Qué pasa? — soltó confundido.

Sin decir una palabra, se irguió sobre sus rodillas y con la misma sutileza, levantó la camiseta contraria dejando a la vista los perfectos y bien formados abdominales. Relamiéndose los labios, se acomodó encima de él para probar su cuerpo, descendió con húmedos contactos hasta la orilla de los pantalones, que con maestría desabrochó. Siendo ayudado por el azabache, los bajó con todo y ropa interior dejando a la vista el erecto miembro que golpeó ligeramente su abdomen. Sin darle demasiado tiempo, lo metió a su boca limpiando el poco líquido que salía de la punta y empezó a mover la cabeza de arriba hacia abajo. Jeon se encontraba gruñendo y soltando pequeños, pero audibles gemidos mientras apretaba la sábana en su puño.

Luego de unos minutos, su vientre comenzó a contraerse, anunciando que se correría en cualquier momento, así que separó al rubio para poder besarlo y volver a posicionarse sobre él. Sin romper el contacto las manos de ambos fueron hasta las prendas inferiores del aún vestido, con desesperación, Jimin intentó sacárselos de un tirón, empero, el físico no se lo permitió, lo bajó toda su ropa de forma lenta y pausada, acariciando con delicadeza todo lo descubierto. Al verlo libre de cualquier estorbo, llevó su mano a la erección del chico y empezó a masturbarlo delicadamente. Park gemía abiertamente entre sus labios, por lo que Jungkook se estiró a la mesita de noche y sacar un pequeño gel lubricante embadurnándose los dedos para llevar el dígito medio a la húmeda entrada. Introduciéndose con cuidado, comenzó a moverlo de forma circular.

Rápidamente un dedo se convirtieron en dos, desplazándolos en forma de tijera para dilatarlo con rapidez. El mayor intentaba mover las caderas la unísono, pero necesitaba más, mucho más. Alejó las manos ajenas y lo agarró por el cuello para continuar con besos desesperados. Sin importarle nada, tomó el pene de Kook y lo guío hasta su rosada apertura introduciendo lentamente la punta. El docente entendió y con sutiliza comenzó a abrirse paso entre las estrechas y calientes paredes.

Ambos gemían por la sensación, los besos y por entregarse mutuamente. Una vez completamente dentro, se detuvo para darle tiempo suficiente de acostumbrarse. Un par de minutos posteriores, el modelo se encontraba contorneando las caderas y así dio inicio al vaivén.

Sus respiraciones se volvieron irregulares y sus cuerpos sudaban. Aquellas gotas saladas se mezclaban entre sí al igual que sus aromas, sus labios y sus cuerpos. El éxtasis del momento orilló a Jeon a moverse con fiereza, entrando y saliendo con bestialidad, algo que sabía le encantaba al rubio.

Debido a la velocidad de sus estocadas, su pene salió por completo de aquel cálido agujero y fue en ese momento cuando Jimin lo empujó para colocarse sobre él, introduciéndose la longitud de un solo sentón, gimiendo muy alto en el proceso. Apoyándose sobre los pectorales del químico empezó a montarlo dando ligeros, pero acertados saltos tocando así ese punto especial en su próstata.

Los sonidos emitidos por el rubio inundaban la habitación, y eso era exquisita música para los oídos de Jeon. Tomándolo con algo de fuerza por el trasero, lo elevó para ayudarlo a caer con mayor aceleración. Por su parte, él soltaba gruñidos y algunos gemidos de excitación. Su frente y pecho se encontraban completamente aperlados por el sudor, y los labios de ambos estaban rojos e hinchados.

—Jung... mmmh... ¡Kook! — gritó cuando las traviesas manos del azabache amasaron sus mejillas traseras

—M-e en-can-tas, Jimminie. — dijo muy cerca del orgasmo.

El rubio se inclinó y se fundieron en un beso cargado de lujuria y algo más...

Sus corazones latían al unísono, sus manos se recorrían con delicadeza y sus cuerpos se frotaba con deseo. Sus emociones se encontraban revueltas, pero era tarde para alejarse, ambos disfrutaban más que sólo el sexo,  disfrutaban de las caricias, las risas, y las travesuras... Disfrutaban estando juntos.

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FÍSICA Y QUÍMICA. (KOOKMIN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora