'tis the damn season || en proceso ❄️
Jasmine Stevens lleva ocho años escapando de su antigua vida, del protagonista de cada una de sus pesadillas. Pero ahora que toda su reputación se ve puesta en peligro, está obligada a enfrentarse al peor demoni...
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EVERETT
VERANO 2008
La luz de la habitación de Jasmine parpadea una, dos, tres veces, estampando una pequeña sonrisa en mi rostro. Luego de vuelve a encender por completo, y logro distinguir su silueta al otro lado de las cortinas. Me cruzo de brazos, mientras observo como deja la pequeña caja de madera que le regalé años atrás para su cumpleaños en el borde exterior de la ventana.
Las clases terminaron hace dos días, y apenas comenzaron las vacaciones, le prometí a mi abuelo que volvería a ayudarlo más en el taller.
A él no le gusta admitirlo, pero ya no tiene la misma energía que antes, y necesita más manos de las que tiene trabajando, para poder sacar los proyectos a tiempo. No suele ser del tipo de persona que pide ayuda, así que prefiero ofrecérsela y no darle la oportunidad de negarse.
Sé que hará lo posible para convencerme de lo contrario. Que disfrute mis vacaciones. De que seguramente tengo mejores cosas que hacer que pasar tres meses encerrado en un taller, junto a él. Pero la verdad, es que eso no es cierto.
Quiero ayudar en lo que más pueda.
Quiero ser útil.
Me pongo las zapatillas que me había quitado minutos atrás al ingresar a mi habitación, y también me abrigo con uno de mis nuevos suéteres, antes de abrir la ventana de mi habitación que da justo a la casa de Jasmine y su hermana.
Desde que le regalé a Jasmine la caja de mensajes para su cumpleaños hace mucho tiempo, me escapo por la ventana para leer el mensaje y respondérselo. Es verdad que existen formas más eficientes de comunicarnos, pero simplemente no es lo mismo.
No tengo idea de si Nana sabe que me escabullo por la ventana casi cada noche, y trepo por el costado de la casa de Jasmine hasta llegar a su habitación. Y si lo sabe, nunca me ha dicho absolutamente nada que me dé la impresión de que debería detenerme.
Tratando de meter el menor ruido posible, comienzo a abrir la ventana, y prepararme para bajar, cuando escucho dos toques a la puerta de mi habitación.
—Everett —la voz de mi abuela llega desde el otro lado de la madera—. ¿Estás despierto, cariño? Necesito hablar contigo de algo importante.
Dejo salir un pequeño gruñido, le doy otro vistazo a la habitación de Jasmine, justo en el momento en que ella apaga por completo las luces.
—Un segundo Nana —digo quitándome las zapatillas y dejando mi suéter sobre la cama.
Demonios.
Usualmente Jasmine no lee mis respuestas hasta la mañana siguiente, pero aún así, siempre que me deja un mensaje, trato de responderlo de inmediato en caso que de algún día necesite una respuesta urgente. Nunca ha ocurrido, hasta ahora no ha tenido que recurrir a la caja para dejarme un mensaje que sea tan importante que no puede esperar hasta mañana. Pero siempre está la posibilidad, ¿no?
