37 | we both wake in lonely beds, different cities

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JASMINE

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JASMINE

OTOÑO 2021

Nunca, ni en un trillón de años, admitiré esto en voz alta, pero en cierto modo echo de menos la presencia de Everett en su casa.

Tal vez sea el hecho de que la casa es demasiado grande para sólo una persona, porque Lenny aún no ha vuelto de sus vacaciones de Acción de Gracias, y últimamente he estado considerando decirle que se quede en casa con su familia un poco más de tiempo, pero eso no puede ser del todo cierto, estoy acostumbrada a las casas grandes, mi mansión en Los Ángeles es ridículamente enorme, y nunca me siento sola allí.

Nunca.

Y, lo más gracioso, es que Everett solía pasar la mayor parte del tiempo en su oficina de todos modos, trabajando en sus proyectos o teniendo reuniones por teléfono o Skype, solo salía de su cueva en busca de un café o cuando le daba hambre, sin contar las veces que salía a buscar leña para avivar el fuego de la chimenea en la sala de estar, que ahora que lo pienso, lo más probable encendía solo para mí. Apenas nos cruzábamos una o dos veces al día, pero sólo saber que estaba en su oficina me hacía sentir... no sé, ¿segura? En cierto modo.

Se marchó esta mañana a Seattle, no han pasado más de dos horas desde que sacó su Audi R8 negro (que tenía bien escondido en el garage, si me hubiera enterado antes que lo tenía, probablemente lo habría sacado a dar una vuelta mientras él estaba despistado, pero supongo que es algo que tendré que hacer una vez que vuelva), y ya estoy dando vueltas por el espacio, como un gato encerrado, siendo perseguida por Elvis, que no para de sacudir la cola de un lado al otro.

Esto es una tontería.

Compórtate. Eres una mujer independiente que puede perfectamente quedarse sola un par de días. Y definitivamente, Everett estando lejos no es un problema. De hecho, es un regalo y debería estar agradecida...

Pura mierda.

Brisa, la pequeña perrita blanca que Everett cuida junto a Zac ladra a mis pies, como preguntándome donde está su papá y a qué hora vuelve del trabajo.

—No me mires a mí...

Sobre el sofá tengo dispersos un montón de papeles que imprimí una vez que Everett se marchó. Admito que me metí en su oficina solo por curiosidad, y para mi sorpresa tiene un impresora gigante que tenía que probar. Así que aproveché de imprimir los guiones con los que Elliot ha estado spammeando la bandeja de mi correo electrónico, para ver si de esta forma me deja tranquila.

Le eché una ojeada a algunos de ellos, ninguno es lo suficientemente bueno como para captar mi concentración por completo, así que ahora Agatha los está ocupando como su nueva cama personal.

Camino a la cocina, quizás un café me haría bien. Creo que hay rollitos de canela congelados en la nevera que podría meter en el horno, y un tubo de queso crema que podría convertir en glaseado... Los perritos caminan detrás de mí, sus garras raspando la madera del suelo. Tomo la caja con premios que compré para ellos y Everett odia porque dice que se pondrán gordos, y les doy más de los que debería.

'tis the damn season || ESPAÑOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora