HALLOWEEN 2006
Quinn suelta un rugido a mi lado, muy parecido al que suele hacer mi estómago cada vez que tengo hambre, pero este se ve apagado por la mascara peluda que cubre su cabeza por completo. Mamá suelta un suspiro a mi lado y niega suavemente con la cabeza.
Mi hermana deja salir otro bramido, tirando de la manga de la camiseta de mamá y apuntando hacia el final de la calle. A la vuelta de la esquina, puedo ver a un grupo de niños con disfraces, comenzando su paso por nuestro vecindario junto a sus padres. Aparte de ellos, otros pequeños grupos de niños ya han pasado por nuestra casa.
Al lado de la puerta, mamá dejó un bote con pequeñas bolsas individuales con un par de dulces, y un cartel donde dice «Solo sacar una». Quinn se robó una de las bolsitas antes de la cena, y la compartimos escondidas en el baño antes de que mamá pudiera vernos. En el interior había caramelos y una pequeña barra de chocolate que con Quinn partimos a la mitad.
—Cariño, sabes que no entiendo nada de lo que estás tratando de decir —dice mamá poniéndose de cuclillas para quedar a la misma altura que Quinn—. ¿Qué tal si dejas de gruñir por un segundo y me dices lo que llevas tratando de decir por diez minutos? Puedes hacerlo en mi oído si no quieres que tu hermana escuche.
Quinn niega fuertemente con la cabeza.
Mamá me mira como pidiéndome ayuda, y yo me encojo de hombros.
Luego de dejar salir otro rugido que no tiene sentido alguno, Quinn suelta un suspiro y se cruza de brazos frustrada.
No es nuestra culpa que se haya tomado tan en serio su disfraz de Chewbacca.
Estuvo toda la semana viendo nuevamente las películas de Star Wars hasta poder imitar el sonido del gigante peludo lo mejor que puede. Eso no quiere decir que con mamá hayamos mejorado en entender lo que trata de decir. De todos modos, Quinn es demasiado terca como para darse por vencida, y comunicarse con palabras.
Mientras mamá sigue tratando de convencer a Quinn de que le diga que le ocurre, yo hecho un vistazo a las casas de nuestros vecinos. La casa que se encuentra justo en frente de la nuestra, está decorada con telas de araña blancas y negras, y guirnaldas con forma de fantasma. Hay un esqueleto sentado en una silla de mimbre en el porche, y todas las luces del interior se encuentran encendidas.
La casa de la Sra. Crawford también se encuentra decorada por Halloween. Everett estuvo ayudando a su abuelo a instalar las telas de araña, y las calabazas talladas en los peldaños que dan a la entrada toda la tarde. Los vi por mi ventana, deseando que mamá estuviera en casa para que pudiéramos hacer lo mismo, pero tuvo turno en el hospital todo el día, y con Quinn no somos lo suficientemente altas para alcanzar la parte más alta de las ventanas y así poder poner telas de araña, o guirnaldas.
Tampoco teníamos ninguna de esas dos cosas, en caso de que quisiéramos subirnos en sillas y sorprender a mamá una vez que llegara del trabajo.
Mientras mamá sigue luchando por entender a Quinn, casi perdiendo los nervios, yo miro mi cesta con forma de calabaza. No tiene tantos caramelos como el año pasado, principalmente porque hoy mamá llegó a casa del trabajo con más retraso de lo habitual y se nos hizo un poco tarde para ponernos los disfraces.
ESTÁS LEYENDO
'tis the damn season || ESPAÑOL
Romansa'tis the damn season || en proceso ❄️ Jasmine Stevens lleva ocho años escapando de su antigua vida, del protagonista de cada una de sus pesadillas. Pero ahora que toda su reputación se ve puesta en peligro, está obligada a enfrentarse al peor demoni...