VERANO 2011
—Sabes, las fiestas son para divertirse, no para lamentarse y botar lágrimas dentro de tu vaso de cerveza —grita Quinn a mi lado en dirección a Zac, para luego darle un sorbo a lo que sea que tiene el vaso rojo de plástico que sostiene en la mano.
Last Friday Night de Katy Perry suena en los parlantes, algunas chicas bailan en la pista de baile improvisada, otros chicos juegan beer pong en el patio trasero, desde aquí no soy capaz de verlos, pero si puedo escuchar los gritos masculinos de chicos adolescentes por sobre la música.
En el sofá en medio del garaje, está Jennifer besuqueándose con un tipo al que nunca había visto antes, razón por la que Zac se encuentra bastante deprimido esta noche. Terminaron hace unos días cuando ella conoció a este tal Chad en una fiesta de fraternidad universitaria.
—Si mi novia no se estuviera besando con un idiota delante de mis narices, tal vez estaría de mejor humor —responde Zac, bebiendo el último sorbo de líquido de su vaso.
—Exnovia. Y, ¿por qué no vas a besuquearte con alguna chica tú también? —dice Quinn, encogiéndose levemente de hombros—. Le estás dando totalmente la satisfacción de verte miserable.
—¿Tú crees?
—Claro que sí. Supongo que eso no es lo que quieres, ¿no?
—No seas tonta, claro que no —masculla Zac observando a Jennifer una vez más por sobre su hombro. Admito que ver la tristeza en sus ojos sí me hace sentir un poco mal por él—. ¿Qué hago?
—Busca a otra chica —dice Quinn—, no vale la pena que sufras por Jennifer cuando a ella obviamente no le importan tus sentimientos.
Zac deja escapar un pequeño quejido, como un adorable cachorro al que han dado una patada.
—Ni siquiera sabría por donde comenzar —responde Zac—, nadie puede compararse con Jennifer.
Mi hermana pone los ojos en blanco, y pasa uno de sus brazos por sobre los hombros de Zac. Juntos, escanean la habitación, Quinn dando cortos sorbos a su trago. Yo hago lo mismo con el mío, arrugando la nariz cada vez que la tibia cerveza entra en mi boca. Quizás si me bebo lo que me queda más rápido, me acostumbraré al horrible sabor.
—¿Qué me dices de Lana? Parece simpática y es bonita —sugiere Quinn.
Zac observa hacia la derecha de la sala, hay un grupo de cinco chicas conversando en la esquina de esta.
—Tiene frenos, Quinn —dice Zac negando con la cabeza.
Quinn deja salir un bufido.
—¿Ves? Por eso estás soltero.
—Estoy soltero porque Chad tiene bíceps —dice Zac—, y un auto. Y yo con suerte tengo una bicicleta.
—Y porque eres un completo idiota.
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'tis the damn season || ESPAÑOL
Romance'tis the damn season || en proceso ❄️ Jasmine Stevens lleva ocho años escapando de su antigua vida, del protagonista de cada una de sus pesadillas. Pero ahora que toda su reputación se ve puesta en peligro, está obligada a enfrentarse al peor demoni...