JASMINE
OTOÑO 2021
Algunos dirían que hacer que Everett coma comida horrible cada noche para cenar es cruel, incluso un poco injusto.
Para mí, es una simple y dulce venganza.
Venganza que pierde lo divertido cada vez que se devora los platos que sirvo sin poner una sola mueca de asco. Es malditamente fastidioso, porque aunque parezca mentira me paso bastante tiempo elaborando las asquerosas recetas.
Aún así, tengo que admitir que cocinar en la cocina de Everett es un sueño. Tiene grandes ventanas que dejan entrar suficiente luz natural para que no sea necesario encender las varias ampolletas en el techo. La mesada de granito en medio de esta es lo suficientemente grande como para llenarla de utensilios y que no parezca una zona de batalla, y ni mencionar el refrigerador. No sé quien es la persona encargada de mantenerlo lleno de comida, pero siempre está repleto de cosas deliciosas. Frutas recién cortadas, verduras lavadas, toneladas y toneladas de bebidas de distintos sabores. Y no miento cuando digo que hay como diez sabores diferentes de helado en el congelador. Es una locura. Me encanta.
Esta noche, luego de casi una semana y media comiendo asquerosidades, Everett tendrá el privilegio de comer la mejor lasaña de su vida. Lo cual puede ser una idea genial, ya que me permitirá ayudarlo a cocinar la cena de acción de gracias sin que me ponga problemas, o puede ser la peor idea que se me ha ocurrido en la vida, porque se dará cuenta de que todo lo que he cocinado hasta ahora para él no ha sido más que una tremenda farsa.
Sea como sea, la que va a salir ganando soy yo. Espero.
Tengo el celular sobre la mesada de la cocina, en alta voz, con Quinn al otro lado de la línea. Llevo todo el día llamando gente para invitarlos a cenar con nosotros el Jueves. Hasta ahora, tengo a Elliot y mamá confirmados. Luego de hablar con Quinn llamaré a Chloe, para preguntarle si quiere venir junto a Anna. Sé que existe la posibilidad de que ellas ya tengan planes, pero no pierdo nada invitándolas de todas formas.
Este es el primer año que me siento así de emocionada de celebrar el día de acción de gracias. Creo que no lo celebro como corresponde desde que me mudé a Los Ángeles. Allá, simplemente me limitaba a invitar a mamá y Quinn, pedir comida china a domicilio, y ver alguna película en Netflix, comiendo hasta que ninguna de las tres era capaz de levantarse del sofá.
Este año se siente diferente. Demasiado diferente.
Agatha, la vieja gatita de Everett se sienta al lado de mis pantuflas felpudas, sobre las baldosas blancas del suelo, maúlla observándome con sus grandes ojos. Le doy otro de los premios para gatos que compré por internet hace unos días y ella se lo devora de un mordisco. Es la tercera vez en treinta minutos que viene a pedirme uno.
Puede que sea una trampa ganármela a base de comida, pero eso no me importa en lo más mínimo si significa tener una nueva amiga.
—Sí, claro que iré —me dice Quinn por teléfono. Está en el hospital, me doy cuenta porque de vez en cuando escucho a una mujer hablar por un altavoz—. ¿Has invitado a mamá? ¿Va a traer a su sugar daddy?
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'tis the damn season || ESPAÑOL
Storie d'amore'tis the damn season || en proceso ❄️ Jasmine Stevens lleva ocho años escapando de su antigua vida, del protagonista de cada una de sus pesadillas. Pero ahora que toda su reputación se ve puesta en peligro, está obligada a enfrentarse al peor demoni...