S.O.S Creó que me enamore

Prólogo

—Ella no lo sabrá  —Comenta una chica en su cuarto.

 —No lo sé —Dudoso le responde el chico.

—Thomas por dios, ella es tan ingenua.

—Dalia, es tu prima, no puedo hacerle esto  —Comenta Thomas deteniéndola.

—Es que yo te pertenezco —Comienza a acariciarle el abdomen de arriba a bajo —Thomas tú me gustas mucho —Le desabotona la camisa.

Thomas se le queda mirándola dudoso y su impulso hace que la bese. Dalia le quita de un tirón la camisa a Thomas, mientras que este con su dedo le quita el brazier. Se pegan de la pared bruscamente y se cae unos de los cuadros en la habitación. Thomas la carga y se la lleva directo a la cama quitándole todo, quedado admirado por tanta belleza. Se despliega el pantalón con el bóxer dejándolo totalmente desnudo. Con varios besos húmedos se los va dejando por el cuello a dalia, gozando y gimiendo si parar.

—Espera —Exclama dalia señalando la cartera de Thomas.

—Claro — Thomas saca un condón de su cartera y se lo pone deseando placer.

Dalia abre las piernas con delicadeza, para que Thomas admire más su flor insaciable. Con un leve movimiento la penetra sin parar. Los gemidos de dalia resonaban en toda la habitación, esos movimientos de Thomas sí que impresionaba a nuestra huésped. Con un grosor tan perfecto y equilibrado puede hacerla gozar más, incluso a darle tanto placer.

—Más...más... —Gemía dalia sin parar.

Los dos gimieron con sonido muy fuertes. Pero, de los gemidos tan fuertes no escucharon que la manilla de la puerta se había girado, con la puerta abierta los habían encontrados.

— ¿Qué está pasando aquí? — Exclama la bella muchacha detrás de la puerta, enarcando una ceja con los ojos aguados.

Con un fuerte movimiento Thomas se despega de Dalia, lanzándose al suelo.

—Mónica —Tartamudea  —no pensé que llegarías — Se para del suelo dejándolo completamente desnudo.

—Prima que... ¿Qué estás haciendo tan temprano aquí? — Inquirió dalia cubriendo su cuerpo con un tono nervioso.

 —No lo puedo creer, mi propia prima follando con mi novio— Se coloca las manos en la frente pensado —Mi propia sangre —Lo dice con una voz ronca y a punto de llorar

—Te lo puedo explicar Mónica —Dice Thomas acercándose a ella.

—No— Exclama Mónica separándose más de Thomas.

 —¿Pero que tanto alboroto? ¿Qué está pasando?  —Se queda impresionada por lo que ve.

—Madre no fue mi intención —Dice Dalia asustada.

—Buenas noches señora Echeverri —Thomas le saluda avergonzado.

—Ponte un paño y póngase su ropa— Comenta la señora Echeverri furiosa.

Thomas se coloca el bóxer y su ropa

—No puedo con esto —sale llorando Mónica

—Espera Mónica —exclama Thomas colocándose la camisa.

—Tu estas castigada, robarle el novio a tu prima es una deshonra para ti —Suelta la señora Echeverri furiosa.

—Mónica...Mónica escúchame un momento, fue ella la que me obligo—Comenta Thomas bajando las escaleras.

Mónica seguía llorando abriendo la puerta para salir de la casa.

—¿Mi amor no me vas a escuchar? —Sale el también

En las calles frías de Madrid los autos pasan por doquier. Nuestra bella chica llorando, es algo muy malo para ella. Pues ella pensaba que Thomas era único y se dejó manipular por la tentación de su prima. Pero que novedad.

—Mónica  —La agarra por el brazo

Ella se voltea y le da una cachetada, muy bien hecho Mónica.

—Te metiste en la cama con mi prima, con mi prima Thomas, ¿En que estabas pensando? — Inquirió gritando molesta.

—Como te dije ella me obligo

 —¿Desde cuándo están saliendo? ¿soy algo para ti? —Quiso saber.

—Solo te estaba esperando y ella comenzó a tocarme.

—Thomas caíste en su tentación, si eres mi novio, tienes ojos solo para mí. No con esa mierda de prima que tengo —Dice Mónica esperando una repuesta.

—Sí, si me deje llevar por la tentación —Hace una pausa—Pero te prometo que no va a pasar nunca más.

Mónica piensa y aclara

—Thomas no quiero ser más tu novia, si tuviste impulsos con mi prima, ¿Qué queda con las demás?

—Mónica, me equivoque sí, pero no me cortes, yo te amo —Se agacha esperando que lo perdone

 —Esas palabras, ya no me las puedo creer de ti.

Con su última palabra agrega por última vez.

—Thomas es mejor que te vayas y no me llames nunca más.

Agarra un autobús y se va. Dejando al pobre Thomas en la calle devolviéndose en su carro, pensando ¿Cómo lo hecho a perder?, una relación con una chica bien hermosa y apasionada con él. Esto es una calamidad.