Zachary.
Eran las seis de la mañana del sábado. Como cada sábado salí a trotar un poco, mi padre siempre dice que hay que estar en forma y tener una vida saludable. Volví a mi casa y me duché, había dejado el teléfono en mi habitación y mientras que se prendía mi laptop. Cuando salí había una llamada entrante, era Mónica me extrañaba que llamara a esa hora. Así que atendí
—Hola.
—¿Zachary estas despierto?.
—Sí —le afirme —Estoy despierto, no tienes que gritar.
—Estoy muy desesperada.
—¿Y eso por qué? —la interrogo.
— No anote las preguntas que debíamos de investigar sobre la tarea en la clase de la señorita Noceda.
— ¿Y Nick no lo anoto?
—Sí, pero esa no es la idea, la idea es que la tengamos los dos, así estaremos emparejados.
— Ah, claro ya, ese día habías llegado tarde y no la copiaste cuando te sentaron con Nick y no anotaste los apuntes.
Le dije con chiste riéndome, pero conociéndonos, ella estaba a punto de llorar.
—Por favor Zachary—me suplica
—Vale, vale está bien, te lo mandare por el correo, así que pendiente.
Le envió los apuntes por correo
—Listo, ya me llego el correo, gracias Zachary.
—No hay de qué.
Enserio donde tiene la cabeza Mónica, desde que llego Nick al salón ella está un poco distraída, ¿le gustara Nick?
Pero en vez de pensar en eso, tenía que prepárame para la llegada del tonto deportista Davis. No estaba tan emocionado como cuando hacia los trabajos con Aurora o Mónica, esta vez era diferente, me había tocado un deportista. Es que recuerdo cómo se burlaban de mi cuando aún era más pequeño, recuerdo haber llegado a la casa llorando con las rodillas golpeadas y raspadas. Mi madre me había preparado una rica sopa y mi padre me había comprado un cohete espacial, quería ser como el, que nunca se rinde.
No obstante, sonó el timbre, era Davis que había llegado. Bajo las escaleras con un ánimo que te aseguro que mi cara de culo podría destruir un planeta y le abro.
—Hola Zachary, buenos días —me dice optimista reflejando una sonrisa.
—Hola Davis —le respondo seco y cortante
— ¿Puedo pasar?
—Sí, claro, pasa, siéntete cómodo.
Davis había llegado con unos yeans apretados, unos zapatos deportivos, su chaqueta de deportista y una franelilla que le dejaba ver un poco de sus pectorales, típico de un deportista. Lo invite a pasar hacia la cocina para darle agua o jugo de naranja, mi madre estaba en la cocina haciendo el desayuno pues eran las ocho de la mañana.
—¡Oh! —Exclama —Ya estas vestido mi amor — Me da un beso en la frente mientras termina de preparar el desayuno.
—Si mamá, te presento a Davis...
—¿Tú eres Davis Prada? —Dice mi padre entrado a la cocina— Te vi en la cancha cuando tú y Nick torres hicieron una anotación en el último minuto, fue asombroso.
—Muchas gracias señor Cortez —agradece apenado.
—¿Quieres sentarte con nosotros a desayunar? —Invita mi madre preparando los platos.
— Sí, claro —le responde.
Nos sentamos a desayunar, mi padre no dejaba de hablar, de la anotación que hizo Davis con Nick, y mi madre estaba encantada con él. Después del desayuno, Davis y yo subimos a la habitación para comenzar a hacer el trabajo. Muchas horas con el, iba a hacer un poco insoportable
—Oye Zachary, aquí tengo investigado algunas cosas para el trabajo.
Saca los apuntes en hojas totalmente ordenado.
—Vale, está bien Davis, ponlos en el escritorio— digo sorprendido.
Veo que le echa un ojo a la habitación.
—¿Te gusta la galaxia?
—Si —exclamó—me encanta desde pequeño, siempre iba a los planetarios a admirar las estrellas y todo el espacio— hago una leve sonrisa mientras me siento en la cama.
—Es lindo —me mira con ternura —Por mi parte yo tenía una adición al deporte.
—Y es por eso que te convertiste en el atleta estrella de la ciudad.
Nos reímos los dos
—Si, exacto —Afirma —pero no pensé que llegaría a ser el atleta estrella de la ciudad como dices.
—Bueno, pero lo eres —entra un silencio — deberíamos de comenzar a hacer el trabajo ¿no?.
—Sí, claro empecemos
Comenzamos a hacer el trabajo, nunca se me paso por la mente que Davis trajera algunos apuntes para la tarea, creo que había juzgado a Davis por ser el deportista que no hace nada, lo juzgue mal, creo que no es un deportista tan bruto como creía.
—Oye Zachary —se queda pensativo y dice —¿Por qué no te agradan los deportistas? —me mira con sus ojos verdes esmeralda encontrando los míos.
Me quedo en silencio
—Siempre veo que los rechazas y tampoco estas en un club deportivo.
—Lo que pasa, es que cuando era más pequeño...se burlaban de mí, cuando hacia deporte —mis ojos solo se centran en el suelo, ni siquiera lo miraba —Por eso no me gustan los deportes, ni los deportista —alzó la mirada y lo veo.
—Pero eso puede cambiar — Se coloca los dedos en la barbilla — Yo te puedo ayudar en eso —Me hace una sonrisa que se notan sus hoyuelos.
—Eres muy amable, pero... dudo que lo pueda hacer
—Eres inteligente, claro que lo podrás hacer —me agarra los hombros —puedes hacerlo — me guiña.
Le sonrió y veo jugar básquet en el patio a mi primo Gregory con Antonio
—Si, pudo hacerlo —asiento con una leve sonrisa.
—ESOOO —exclama Davis gritando dando palmadas.
—Si, si bueno empecemos la tarea.
El asiente y comienza a escribir.
Pasamos toda la mañana haciendo el trabajo. Jugamos un rato con mis consolas de videojuegos y estando en el patio charlando de deportes y como me serviría más para mi compostura. Me sentía tan aliviado y sin nada de pena, que de repente no pensé nada malo sobre los deportistas o sobre Davis, sentí confianza hacia el....
Sentí mucha seguridad estando con el
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S.O.S Creó que me enamore
Teen FictionTras la ruptura de su ex, Mónica sigue dando su vida amorosa a través de una app de citas. sin saber que le gustara a dos chicos muy distintos Nick torres atlético y buen estudiante. Y Mr.T un usuario ficticio de la app de citas. Sin olvidar que te...