Capítulo 35

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—He Mónica, Mónica—le dije mirándola amablemente

—Si, dime Nick — dice ella un poco desorientada

—La profesora nos ha puesto en parejas para el trabajo, te parece si en el almuerzo podemos charlar como lo vamos a hacer— le dije con mucho entusiasmo

—Por supuesto, me parece bien —fue su respuesta

Estaba tan desorientada se le veía tan linda, mientras tanto yo me sentía nervioso, en la clase nos pusimos de acuerdo que cuando estuviéramos en la cafetería hablaríamos donde haríamos el trabajo. Me fui a buscar en mi casillero mi tenis negro que había traído para entrenar después del almuerzo, cuando cierro la puerta veo a Rachel parada con sus libros y su cabello recogido. No tapaba su cara de celos y enojo que tenía. Lo único que se me destacaba era mi risita de la apuesta de Davis.

—Debes de estar feliz porque tenes nueva pareja para los trabajos

—Como lo acabas de decir es una nueva pareja para el trabajo— le recalcó lo que dijo

—Tenías que haberle dicho a la señorita Noceda que te cambiara conmigo —dice en tono de celos

—Pues no, como abras escuchado ella coloco las parejas

—Nick ella es tu tía, y siempre nos coloca en parejas a nosotros dos

—Debemos de cambiar a veces, así como me cambias por otros.

—No me vuelvas a decir eso — le pega a los casilleros

—Nos vemos Rachel — me despido alejándome de ella

—Nick Torres me vas a dejar hablando sola

—Como lo ves, llegaré tarde.

Ya casi se iba a terminar la hora del almuerzo, pero aún estaba ahí, Mónica estaba allí. Nos decidimos en hacer el trabajo en su casa el sábado por la mañana y diría que fue encantador conocer a su madre, ellas son tan amable y llena de mucha energía, sin importar que no vivan en una casa lujosa y grande como la mía.

Su casa era pequeña pero acogedora y sus cuartos decorados con estampados de flores y piedras de cuarzo en cada mesa era parecida a la casa de Davis es por eso es que me sentía como mi segundo hogar, el día transcurrió rápido y las conversaciones estaban interesantes no sabía que el mejor amigo de Mónica le gustara tanto la galaxia como a mí. Al llegar a casa mi padre estaba en su cuarto de trabajo atendiendo algunas llamadas y diseñando gráficas con Arturo su secretario y el más leal de la familia. Mientras que mi madre estaba organizando algunos documentos importantes en la sala

—Oh cariño has llegado, ¿Cómo te fue?— me interroga

—Bien, madre me ha ido bien, hemos terminado el trabajo rápido —le respondo

—Me alegro —me sonríe —¿Y que tal es la familia de la chica que te han puesto como pareja.?

—Tienen una buena vibra madre, mejor que las de Rachel

Ella sonríe conmigo

—Lo se cariño, no todas las familias son como las víboras esas, que solo están por el interés, como la víbora de su madre es tan insoportable —se ríe, hay mamás buenas y amorosas y si te han tratado bien me alegra mucho.

—Víbora la madre ¿Enserio? también su hija —nos reímos los dos algo tristes

—Ay cariño tenemos que aceptar que esa familia estará con nosotros por mucho tiempo, son trabajos de tu padre para el beneficio de unas de las empresas que tiene, por mí no trabajaría con ellos, pero que le podemos hacer— me agarra de la mano

S.O.S Creó que me enamoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora