39

503 35 10
                                    

VANESA

-Quitate la ropa que preparo la ducha

-Llama a Barcelona porfavor

Llamamos al doctor mientras Mónica se quitaba la ropa con dificultades.

-Hola chicas, ya estáis aquí?

-Ese es el problema, acabo de romper aguas y estoy en Madrid

-Vale tranquilas eso podía pasar, recordad que tenemos a gente de nuestro equipo en el Gregorio Marañón, cuando las contracciones sean más seguidas os vais para allí y preguntáis por el equipo de San Juan de Dios

-Vale muchas gracias - dije

-Mucha suerte chicas, va a salir todo perfecto

Colgué y ayudé a Mónica a entrar a la ducha. Salió y mientras le secaba los pies le vino otra contracción.

-Ten, aprieta mi mano todo lo que necesites, y recuerda las respiraciones como tenían que ser.

-Lo intento mi amor, pero duele mucho

La ayudé a bajar al salón y se sentó sobre la pelota

-Que quieres de ropa cariño

-El chándal y una sudadera tuya

La vestí y me senté a calcular las contracciones, se intensificaron, ya eran cada 4 minutos y muy muy fuertes

-Venga Mónica no aguantes más, vamos para el coche

No había nada de tráfico a esas horas, serían las 2 de la mañana. Llegamos y nada más entrar cogí una silla de ruedas para monica. Pregunté por los médicos y enseguida nos llevaron a una habitación. Allí vinieron a revisar a Mónica y aún le quedaban un par de centímetros por dilatar. La matrona y el ginecólogo fueron encantadores. Preparé los pijamas de nuestros bebés y un médico vino a ponerle a Mónica la epidural que habíamos pedido

-Venga corazón, que esto ya está, eres una campeona - dije quitando el sudor de su cara

Enseguida vinieron a buscar a Mónica. Le cogí la mano durante todo el trayecto hasta el paritorio. En las puertas de este me hicieron ponerme una bata verde, un gorro y unos patucos. Cogí la bolsa con la ropa y las mantas de mis niños y entré al paritorio. Mónica ya estaba monitorizada y la pusieron en la postura que ella quiso

-Vane, dame la mano, no me la sueltes porfavor

-Estoy aquí tranquila

Le di un beso en los labios y seguí dándole besitos en la sien. Entraron varios médicos más y rodearon a Mónica

-Bueno Mónica, vamos a comenzar, cuando venga una contracción ya sabes, a empujar con todas tus fuerzas

Mónica hizo varios intentos, mi mano estaba destrozada, la respiración de Mónica muy agitada y su cara super roja

-Vamos Mónica se le ve la cabecita una última y lo tenemos - dijo el doctor

Mónica empujó gritando y apretando mi mano y lo siguiente que escuché fue un llanto, fue muy rápido, enseguida estaba sobre el pecho de Mónica y no paraba de llorar

-Mami mami, mira a Marcos - dijo Mónica estirando mi mano y con lágrimas en su cara

-Marcos bonito mío - dije llorando

Me ofrecieron cortar el cordón umbilical y así lo hice

-Bueno chicas vamos a tener que hacer una cesárea, el segundo bebé no está aún en posición de salida y por lo que vemos no tiene intención de moverse, pero tenemos que sacarlo ya

-Vanesa, mi vida, ve con Marcos, no te separes de el que no nos lo quiten. Yo me voy a encargar de que Alan esté bien

No sabía ni que hacer, estaba muy asustada, no quería dejar a Mónica sola pero los médicos no me dejaban quedarme allí

-Va a salir bien, eres muy muy fuerte, y Alan también, te queremos los tres mucho. En un ratito nos vemos si?

Mónica asintió y tras secarle las lágrimas  y darle un par de besos me fui con Marcos.

Lo estaban lavando, ya no estaba cubierto de sangre ni restos de la bolsa. Lo pusieron sobre una camilla para examinarlo y ahí pude apreciar lo precioso que era. Era rubito y por lo poco que pude ver sus ojos eran verdes oscuro

-Bueno está perfecto - me dijo una enfermera - quieres ponerle tu el pañal y la ropa?

-Si porfavor

Saqué un pijama y un pañal y de lo puse a Marcos.

-Bonito de mami porfavor que bonito eres.

Me dejaron ir a una sala de espera para esperar a que terminaran la cesárea. La enfermera me dijo que podía darle el pecho, pero esperé para hacerlo con Mónica. Marcos era muy bueno, lloraba pero se calmaba al escuchar mi voz. No me lo esperaba, a los pocos minutos me trajeron una bolita vestida con el pijama que había dejado en la sala y envuelto en la mantita

-Ya está aquí Alan, están terminando de coser a Mónica y enseguida la suben a planta. Ponlos en esta cunita y puedes ir subiendo tú con ellos

Los puse juntitos en la cuna y instintivamente Marcos cogió la mano de Alan. Llegué a la habitacion y les hice fotos para avisar a nuestras familias y amigos de que nuestros bebés ya estaban aquí. Nada más enviarla entraron a Mónica y nos explicaron cada cuánto teníamos que darles el pecho y que si nos costaba las avisáramos. Salieron las enfermeras y aprovechando que los niños dormían fui con Mónica.

-Como estás cariño?

-Me duele hasta el alma gordi y tengo un hambre

-Eso te lo soluciono yo rápido, mira que te he comprado, bocadillo de jamón, que ya puedes

-Pues me lo como rápido y nos ponemos a hacer el piel con piel

-Si, pero primero dame un abrazo, que angustia joder, que mal rato hemos pasado

Estuve un rato abrazada a Mónica y después de que se comiera el bocadillo me quité la ropa y bajé la bata de Mónica. Desnudamos a nuestros bebés y me metí con Mónica en la cama.

-Dejame coger a Alan, necesito abrazarlo - dijo Mónica

MÓNICA

Me dolía todo el cuerpo, estaba muerta de sueño, mi barriga estaba llena de estrías al igual que mi espalda, mi barriga también tenía una gran cicatriz de la cesárea. Pero estar con mi mujer y mis dos hijos en la cama lo solucionaba todo.

Les dimos el pecho a la vez y la verdad es que se engancharon enseguida. Una vez les hubimos sacado los gases hicimos el piel con piel, aún hacia algo de frío así que a la media hora los vestimos y los pusimos en su cunita

-Me han dicho que me puedo quitar esta bata, me ayudas a ponerme el pijama?

-El pijama? Hemos traído el camisón también por si te aprieta la herida

Vane me ayudó a ponerme el camisón y luego me tapó con una manta

-Son las 5, me pongo alarma para darles el pecho a las 7? - dije

-No, tu duerme, yo les doy esa toma y tú descansas que por la tarde ya viene nuestra familia

-Pero luego les damos las dos, así tú también descansas

-Si, y cuando se queden solo nuestros padres podemos echarnos una cabezadita

Vane se puso el pijama y después de darles un beso a los pollitos se tumbó en el sofá

-Que haces? Piensas que te voy a dejar dormir en el sofá? Vente aquí

Le hice un hueco en la cama y nos dormimos juntas. Sentí como se levantaba a darles el pecho pero no tenía fuerzas ni para abrir los ojos. La volví a abrazar cuando se tumbó y al rato picaron a la puerta. Miré el móvil y eran las 10 de la mañana. Nuestra familia no podía ser, venían por la tarde.

Vanica - Frenar EneroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora