55

418 31 6
                                    

NARRA MÓNICA

Ya íbamos rumbo a Madrid y mi cabeza estaba dividida en un montón de sentidos. Primero no sabía si era buena opción dejar el programa, íbamos a ingresar mucho menos dinero, pero a la vez no me veía capaz de dejar a Alan en Barcelona tan enfermo. Luego el concierto de Vane, por una parte quería ir, para asegurarme que se encontraba bien en todo momento y protegerla de cualquier posible altercado con alguna fan. Pero por otro lado quería quedarme en casa con los niños, sin oír preguntas sobre el cáncer de Alan ni ver miradas de pena.

Llegamos sobre el mediodía del viernes, comimos lo que llevábamos preparado y enseguida me fui para los estudios de antena 3. Pasé por aquel pasillo, donde Vane me tiró el café y me hice un esguince, inevitablemente sonreí.
Todos mis compañeros me recibieron entre abrazos y mensajes de ánimo, me iba a costar no verles cada día.

Recogí algunas cosas entre lágrimas y me vestí para grabar el programa, tras finalizar firmé el nuevo contrato. Regresé a mi despacho donde estaba ya todo metido en dos cajas. Solo quedaba sobre mi escritorio una foto de Vane con Marcos y Alan en brazos, la metí en mi bolso y salí directa hacia el coche.

-Mónica - escuché a mis espaldas cuando ya estaba cargando el coche. - Pensé que no te encontraría

-Eva, cuánto tiempo - dije abrazándola

-¿Cómo estás cariño?

-Bueno, no muy bien la verdad, tengo muchas cosas en la cabeza

-No quiero ni imaginar cómo es pasar por eso. Y Vane ¿Como está?

-Pues igual o peor que yo. También esto a generado que discutamos más pero bueno, parece que poco a poco lo vamos solucionando

Estuvimos un rato más conversando hasta que me llegó una foto de Vane con los niños en la piscina interior.

Vane: vienes ya gordi?

Hablé un poco más con Eva y al rato nos despedimos. Entré en el coche y puse la calefacción y mientras se calentaba el coche hablé con Vane

Mónica: Si, acabo de salir, estaba hablando con Eva

Mónica: por cierto estás desnuda? Sin bañador?

Vane: *foto*

Vane: si, no me apetecía buscar el bikini

Vane me envió una foto de cintura para arriba para que viera que obviamente iba sin bikini

Mónica: cualquiera conduce ahora

No voy a mentir, es foto me encendió muchísimo. Me recordaba a su gira por Latinoamérica, cuando intercambiamos ese tipo de fotos. Llegué a casa a la media hora, aparqué en el garaje y los tres perros salieron a recibirme, les cerré la puerta para que ya no salieran más al jardín porque hacia frío. Subí a la habitación que utilizaba como despacho y dejé el contrato y todo lo que me habían dado en una carpeta. Salí rumbo al spa del sótano y me fijé que los niños ya dormían en sus camas. Bajé en silencio y desde la puerta vi que Vane estaba sentada en el jacuzzi con los ojos cerrados. Me desnudé y abrí la puerta con cuidado de no hacer ruido. Caminé y en silencio me metí en la piscina grande, en la que al final se encontraba el jacuzzi. El ruido de los chorros de agua me permitieron nadar sin que Vane se enterase. Llegué hasta el jacuzzi y desde fuera dejé un beso en el cuello de Vane, lo que hizo que se asustaste

-Ay que susto Mónica, cualquier día me vas a matar. Que pronto has llegado.

-Normal, con las fotos que me mandas.

-¿Entonces te ha gustado?

-Mucho, pero ven aquí ya, no esperaras que con esa foto no esté deseando tenerte cerquita

Vanica - Frenar EneroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora