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NARRA MÓNICA

-137 es el número de seguimiento de la operación. Lo verán en todo momento en la pantalla de la sala de espera. Justo al lado del número habrá un punto, si está de color rojo es que está en quirófano, si está amarillo es que está en la sala de reanimación después de la operación y si está verde es que ya sale de reanimación para la uci - nos dijo la enfermera que estaba en recepción - ahora os dejarán verlo unos minutos antes de que lo entren.

Íbamos a la sala de espera cuando escuchamos una voz detrás nuestro, era la cuñada de Vane.

-Chicas chicas, me dejan entrar a supervisar la operación

Ambas sonreímos pero los nervios nos invadían por dentro. Enseguida trajeron a Alan en una camilla

-Mi vida - dije yendo hacia el y cogiendo su mantita - la última batalla cariño.

-Las mamis te esperamos aquí - dijo Vane acariciando su carita

-¿No os movéis?

-No cariño - dije esta vez yo

Le llenamos la cara de besos y lo entraron al quirófano. Se nos presentaban 7 largas horas de espera.

-Son las 10, hasta las cinco nos toca esperar - dijo Vane sentándose en la sala de espera.

No había mucha gente, había un matrimonio sentado unas filas más atrás y una chica al final de la sala. Me senté al lado de Vanesa y empecé a jugar con su pelo. La primera hora fue la que más rápido pasó, estuvimos conversando y el tiempo pasó más o menos rápido.

-Te importa que trabaje un ratito? Estos días no he hecho nada

-Claro que no cariño, ponte, como lo llevas por cierto?

-Bueno redacto cosas del programa y eso lo llevo bien. No les gusta el presentador que me sustituye y están deseando que pueda volver. Pero ya saben que eso no será hasta dentro de un tiempo.

-Y la novela?

-Bueno, tengo la fecha de entrega en diciembre, espero llegar a tiempo

Vane besó mi frente y se puso a mirar fotos en su móvil.

-Podemos ir a desayunar? Tengo hambre - me dijo poniéndose de pie

Caminamos cogidas de la mano hasta la cafetería. Al llegar y pedir me di cuenta de algo que había pasado por alto todos estos meses. La alimentación de Vanesa. Seguramente habría estado comiendo cada día lo primero que pillaba y no se había cuidado. Es cierto que había cogido bastante peso que se notaba que no era por el embarazo. A mi su físico me daba exactamente igual, mi amor hacia ella iba mucho más allá deo físico. Pero si que me preocupaba que alguien pudiera herirla con algún comentario.

-Vane, tengo que comentarte algo.

-Dime - dijo dejando en el plato la magdalena que se estaba comiendo.

-No quiero que te enfades, pero he empezado a fumar. No lo voy a hacer delante de los niños ni de tí. Pero quería ser sincera. Me relaja mucho y es lo único que conseguía calmarme cuando me daba ansiedad.

-Pero cuando todo esto se termine lo dejas, verdad?

-Lo intentaré claro que sí, pero, no te enfadas?

-Si me prometes que lo dejas no

Asentí con la cabeza y me quedé mirando como terminaba su desayuno. Regresamos a la sala de espera y la escena que nos encontramos no nos animó nada en absoluto. Una de las mujeres que estaba esperando a que su hijo saliera de quirófano gritaba y lloraba rota de dolor mientras su marido la sujetaba. Dos enfermeros salían de la sala cuando nosotras llegamos.

Vanica - Frenar EneroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora