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NARRA VANESA

*Flashback*

-¿Vendrás a buscarme por la tarde?

-¿Tu quieres que venga?

-Claro tata

-Pues venga pequeñín entra y nos vemos a la tarde

Se lanzó a mis brazos y luego salió corriendo para dentro del colegio. Antonio tenía solo 5 años y la mayoría de veces yo cuidaba de el. Mis padres trabajaban a jornada completa para poder sacarnos a delante y a mi no me costaba nada cuidar de el. El día en el instituto se me pasó rápido, me quedé a comer en la cafetería y a las 16:30 recogí a mis hermanos del cole. Dejamos a Francis en el fútbol y Antonio y yo nos fuimos para casa.

-¿Podemos ver una peli los dos en el sofá?

-Me parece genial, ¿Quieres que compremos palomitas?

Pasamos por la tienda y nada más llegar a casa nos pusimos los pijama y nos tumbamos en el sofá. Cubrí a Antonio con una manta y cogí otra para mí.

-Eres la mejor tata, te quiero mucho

-Y yo también pequeñito

Besé su frente sabiendo que minutos después caería rendido del sueño.

*Fin Flashback*

-Lo vamos a bautizar - dijo mi hermano saliendo de nuevo de la sala donde tenían al niño - antes de que se muera queremos bautizarlo.

Francis y yo fuimos los padrinos, fue lo más íntimo posible y rápido. Recuerdo sentarme en el primer banco de la diminuta capilla que tenía el hospital. Los peques se quedaron con los padres de Mónica. Tuvimos tiempo de explicarles lo que estaba pasando pero preferimos que no estuvieran presentes, eran aún muy pequeños para entenderlo y Alan no estaba en condiciones de entrar en un hospital.

-Cariño cualquier dolor que notes me avisas - me dijo Mónica desde el banco de atrás.

Asentí acariciando su mano y justo se abrió la puerta por donde entró una enfermera con una cunita y mi hermano y mi cuñada detrás. Cogí el brazo de mi hermano Francis y comenzó la ceremonia. Creo que será difícil de olvidar el mal rato que todos pasamos. Los llantos de mi hermano y mi cuñada eran desgarradores y cuando ya estaba apunto de terminar la misa tuve que salir corriendo. Di un beso a mi sobrino y aprovechando que ya todos se levantaban salí rápidamente seguida de Mónica.

Mi respiración estaba cada vez más agitada pero finalmente conseguí encontrar una sala de espera vacía. Me arrodillé en una esquina y no pude contener el vómito que me provocó el mal de cuerpo que se me puso ante esa situación.

-Tranquila, estoy aquí - siempre estaba cuando la necesitaba. Jamás me fallaba. Noté como se sentó a mi lado en el suelo y una vez hube acabado me recosté en su pecho sudando y llorando.

-¿Estás mejor? - me dijo limpiando mi cara con una toallita húmeda

Negué con la cabeza y Mónica fue a informar a un enfermero para ver si podía limpiar la sala de espera.

-Vamos al baño mi vida, tienen que limpiar esto

Me agarró por la cintura y me llevó al baño donde me acabó de lavar la cara y me enjuagué la boca.

-Tenemos que ir a despedirnos de él Vane, solo unos minutos y nos vamos para casa.

-Mónica, no noto a Gala moverse desde ayer por la noche. No sé si con esto son paranoias o que pero me estoy agobiando muchísimo - dije volviendo a llorar

-Relajate, ella está durmiendo muy agusto y calentita dentro de su mami y está bien. Pero si te vas a quedar más tranquila podemos preguntar si te pueden hacer una ecografía

-Sí porfavor, necesito ver qué todo va bien

-Vamos primero a despedirnos que tú hermano necesita que estés con el

Regresamos con mi familia y me disculpé por salir corriendo. Nos explicaron cómo iba a ser el entierro y les dejamos a solas para despedirse. Fui al baño mientras Mónica se acercaba a preguntar si me podían revisar de urgencia.

-Vane? - dijo entrando al baño

-Estoy en el segundo cubículo dime

-Que si, que en unos minutos te llaman y te atienden

Salí rápido y nos sentamos en la sala de espera.

-Tengo ganas de estar con los niños, estarán preocupados - dije acariciando la mano de Mónica

-Esta noche les montamos una cabaña con sabanas para que jueguen un rato. Me acuerdo que les encantaba ese juego antes de irnos a Barcelona

La doctora me hizo la ecografía y nos dijo que todo iba perfectamente y que incluso Gala iba sobrada de peso. Nos recordó que era muy importante que me cuidara y mucho más ahora que llegaba el frío.

Salimos del hospital destrozadas, Vane no tenía ánimo para nada y ambas estábamos muy cansadas. Pedimos comida la cual llegó a casa a la par que nosotras. Le agradecí a mi hermano que se quedase con los niños y cuando se fue aprecié el caos que había en casa montado. Mi hermano se había encargado de recoger los platos sucios pero teníamos toneladas de ropa por lavar y maletas por descargar.

Vane insistió en ayudarme pero de ninguna manera iba a permitirle hacer esfuerzos. Se encargó de tumbar a Marcos y a Alan en sus camas.

NARRA VANESA

Acosté a los niños y me tumbé en nuestra cama un ratito, necesitaba cerrar los ojos hasta que unas manitas me acariciaron la cara.

-Mami

-¿Que pasa ratoncito? Dije acariciando la cabeza de Marcos que me miraba desde el borde de la cama

-He hecho pipi en la cama - dijo con vergüenza

-No pasa nada corazón, ahora la mami te cambia

Bajamos abajo y Mónica estaba dormidita en el sofá. Se despertó con nuestros pasos y miró su móvil.

-Vane, vamos a llegar tarde al entierro

-Relajate, voy yo sola, quédate descansando con los niños

-Pero, como vas a ir sola no no no voy contigo

-Que no Mónica que vamos a tener mucho jaleo con las cosas de la niña y el colegio los próximos días, necesitas descansar un rato

-Y que te vuelva a pasar lo de esta mañana? Ni de broma

Esta conversación la conocía, solo podía acabar en discusión.

Vanica - Frenar EneroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora