ESA NOCHE

EXTRAÑO.

Esto es muy Extraño...

CLARA.

–¿Ah, no? –Me dijo acercándose bastante a mi.

–No, no estoy mintiendo. –Solté tratando de sonar lo más firme posible y que no se notará lo que él me hace sentir.

–Entonces, ¿por qué se ve como si estuvieras tratando de no hacer ruido? –Saco sus manos de sus bolsillos y se cruzó de brazos con su semblante serio y penetrando mi piel con la mirada.

Su mirada aún la tenía sobre mi. Pero no logro ver exactamente a dónde la dirige. Siento como otra vez un frío inmenso recorre todo mi cuerpo, y no, no era el frío de la casa, no puede entrar un frío así de la nada. Algo ahí, en su mirada que me hace sentir así. Como si me fuera a congelar y a la vez me estremeciera.

–Me lo imagine.

Cada ves que él habla, siento, como si no llegara a hacerle caso, algo malo me podría pasar. Su voz es tan firme y aterradora.

Las veces que lo eh escuchado hablar no había hablado de tal manera, había hablado normalmente, no es que como este hablando ahora no sea normal oh...

Tal ves no lo sea...

Algo me dice que no lo es. Él no me atrae, mucho menos me gusta, además, me han gustado varios chicos y nunca ninguno habían causado que me pusiera de tal manera, no habían causado eso en mi.

Esto da miedo...

–¿Da miedo cla...?  –Dejó las palabras al aire.

Y volvió a mirar hacía otro lado como si hubiera dicho algo lo cual le afectara por el resto de su vida. Acaso acaba de ponerse... ¿nervioso? Espera un momento...

¿Cómo supo que estaba pensando eso?

¿Qué demonios está pasando aquí?

–¿Qué? Como adivinaste lo qué... –Estaba tan distraida que no me había fijado en eso, tal ves solo fue coincidencia, ¿no?– ¿lo qué estaba pensando?

–No adivine, se nota en tu postura. Solo te diré que no sería muy bueno que salgas a estas horas afuera. –Voltea a verme aún sin mirarme a los ojos, volvió a meter sus manos en los bolsillos de sus pants negros.

–Ah... Si, yo, em... No iba a salir a fuera solo... hace mucho frio y em...

Sin pensarlo tan siquiera dos veces baje las escaleras rapidamente sin nisiquiera voltear me a ver si su mirada seguia aún en mi.

¿Ya les había contado que soy mala en eso de explicar y mentir?, si no lo sabían pues ahora ya lo saben. 

Soy pésima en esto.

–De por dios, es obvio que estas mintiendo. ¿De verdad vas a seguir insistiendo en que no es así Clara?, que estresante que eres.

Cuando voltie a verlo rodo los ojos hacia tras y luego dirigió su mirada a mi... cuello.

–Y ¿qué si salgo? ¿qué vas a hacer? ¿A detenerme?, sigue soñando. –empecé a decir mientras bajaba– mejor ve a encerrarte en tu dormitorio y ignorarme como siempre –Propuse sin pensarlo dos veces.

–¿Estás enojada por que te ignoro?, ¿Es por eso qué estás así?, eso es muy inmaduro de tu parte ¿Sabías? –Cuestionó riendo sarcásticamente y moviendo la cabeza lentamente hacia los lados.– No puedes obligar a nadie a que te hable, y menos a mi.

–¿Qué?, ¡¡claro que no!!, ¡¡¿Porque me molestaría eso?!! –Solté angustiada tratando de no sonar  tan nerviosa, para que no creyera que era verdad, y no, no lo es, no estaba enojada por eso.