Episodio 1.

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Días de lluvia, siempre he odiado los días de lluvia.

Entiendo que las plantas del mundo y quizá muchos más seres vivos ocupen de la lluvia para poder vivir y existir pero, ¿Siquiera existen realmente los humanos que disfruten de un día lluvioso? Las calles se vuelven ríos y es imposible caminar sin mojarse los zapatos, realmente odio eso y para colmo justamente hoy se me pasó por la mente ponerme este par nuevo de zapatos Gucci... ¿Qué tan idiota debí ser para tomar esa decisión luego de ver las nubes horribles de esta mañana?

Debí hacerle caso a mi madre cuando me dijo que me pusiera ropa casual y un par de sandalias.

Hoy es el día en que me mudo de casa, finalmente a mis recientes 15 años es que por fin puedo ser independiente, mañana mismo comenzaré a cursar la preparatoria y también comenzaré mi vida laboral a media jornada en una pequeña librería que queda cerca, todo es tan perfecto... si tan solo no lloviera a cántaros como ahora.

-Muchacho, esta es la última caja, ¿Quieres subir para que cheques todo?

El señor a cargo del camión de mudanzas se veía exhausto, su rostro sudaba a pesar de no ser un día caluroso y me veía con un rostro de desespero por estar cargando esa caja que si no me equivoco era donde había puesto mi equipo de pesas; sin duda le daré una buena propina al pobre hombre.

-Claro, vamos -le sonreí y me dispuse a ir tras él-

El sitio no era una gran residencia ni mucho menos una mansión, era un edificio viejo de cinco pisos, cada piso contaba con veinte apartamentos... bueno, supongo que sí es un gran lugar, a su manera.

Una vez que llegamos al que ahora sería mi hogar y terminé de hacer el chequeo de todas mis pertenencias le entregué al señor de mudanzas una propina decente pero él se negó a recibirla y solo se fue luego de despedirse, quería que al menos se comprara alguna bebida para el cansancio.

Giré la mirada a mi alrededor y en este momento estaba rodeado por completo de cajas, tardaré seguro mil años en desempacar todo esto y acomodarlo yo solo; en momentos como este no me hubiera gustado independizarme.
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Luego de un par de horas la noche cayó por completo, pero ni siquiera me di cuenta de ese detalle hasta haber terminado de arreglar todo y miré mi celular y noté que ya pronto serían las 11pm; tenía que ir a dormir pronto para descansar y estar listo para mañana pero mi estómago se estaba comenzando a quejar por no haber comido a mis horas y haberla pasado enterrado entre toneladas de ropa y accesorios.

Al menos por fin estaba en libertad.

Me acerqué a la ventana y corrí la cortina para ver el clima, a pesar de que no había dejado de llover en toda la tarde finalmente había cesado un poco y no se veía tan mal así que decidí salir a la calle en busca de la tienda de conveniencia que está a una cuadra de aquí para obtener un poco de comida y poder ducharme y dormir después.

Mis zapatos que coloqué en la entrada ya estaban mojados así que ni siquiera me molesté en ponerme las sandalias y salí con ellos puestos luego de ponerme mi abrigo beige que tanto me gusta; el paraguas no lo quise tomar al no ver la utilidad de él en este momento así que salí sin más con mi cartera en un bolsillo de mi pantalón y el juego de llaves en mano.

Cerré la puerta a mis espaldas y tomé el ascensor.

Una cuadra de distancia suena un tanto lejano cuando lo mencionas pero en realidad la tienda estaba muy relativamente cerca a mi apartamento; la puerta corrediza de cristal se abrió de par en par en cuanto puse un pie sobre su censor dándome paso a su interior, se trataba de un mini mercado así que era una tienda pequeña pero con bastantes cosas tanto necesarias como innecesarias.

El chico del apartamento 512 •||| YeonBin |||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora