NARRA ALEX
Eran las dos de la mañana y no podía dormir. Había dado miles de vueltas sobre el colchón, pero no había manera.
Entiendo que Marie se enfadara conmigo, ella hace todo lo que puede para que yo tenga un sitio donde poder dormir, e intentar tener una familia. Pero vamos, Alaric ha pasado media vida de Alice ignorándola, ¿y ahora va de padre protector?
Y con Alice... Debía advertirle sobre lo de la apuesta antes de irnos de casa, cuando se fue a su habitación, su padre me contó que hace un año un chico intento jugársela, Alice no reacciono muy bien al ser menor no le paso nada, pero tuvo que hacer un par de trabajos que el juez le ordeno. Eso izo que me acordara de la apuesta y sabiendo que esa fue su reacción, no quería que se repitiera... No soy tan cruel.
A la hora de cenar mi Alaric me pidió la llamará así que fui a su habitación, pero tenía la puerta cerrada con pestillo, y no contestaba a mi pregunta de si quería venir a comer, así que simplemente baje... Al cabo de una hora sentía que tenía que llevarle comida, llevaba desde el helado sin comer nada...Al final conseguí dormirme a las 3 de la mañana, después de repasar todo lo ocurrido.
...
Ya era de día, decidí llamar a Aaron, explicarle el trato, al principio se negó completamente, pero al final lo convencí, antes de colgar me dijo que Alice le había caído muy bien y que no había podido evitar echarle un ojo encima.
Llegue a la cocina y allí estaba ella, llevaba puesto ese pijama rosa, no dude en intentar asustarla, ya que no se había dado cuenta de que yo estaba aquí.
Alice dio un pequeño salto y me abofeteo el hombro.
— Buenos días, ¿has dormido bien? — Pregunte mientras miraba al rededor para ver si Alaric o Marie estaban por aquí.
— Imbécil, el trato es para que me protejas no lo contrario ¿O ya te has olvidado?.— tenía la cara completamente roja.
Dios que tierna, parece una fresa, dulce y roja.
— ¿oye acaso tengo monos en la cara? — ni siquiera me había dado cuenta de que se había acercado a mí, no podía parar de mirarla y hablar conmigo mismo.
— Monos no tienes, pero hoyuelos sí.— Ante mi comentario se puso más roja y provocándome una pequeña sonrisa.
— Hoy no hay nota, pero ninguno de los dos está aquí. — Me dice, y señala el jardín — Pero creo que te han dejado materiales de jardinería para que arregles el jardín.
Me senté en frente de ella con una manzana.— Ayer no parabas de reírte con Aaron y no pude evitar fijarme en tus hoyuelos. — Me mira de reojo y al ver que no dice nada sigo hablando. — Por cierto, hace un rato lo he llamado para comentarle lo del trato, así que no deberías preocuparte por él, ya que está dentro del trato y no se involucrará en la apuesta.
— Gracias...
— No hay de qué. — Al terminar mi manzana, tiro el hueso en la basura y camino hacia las escaleras para ir a mi habitación.
—¿No tenías tareas que hacer? ¿Cómo limpiar el jardín? — Me detiene con su voz, me giro y veo una enorme sonrisa de satisfacción en su cara.
— Si, y tú vas a ayudarme. — Cogió su vol vacío, lo dejo en lavavajillas. — Estoy en este lío por ti, lo mínimo es ayudar.
— Yo tengo que ir a recoger mi habitación, tengo que deshacer las maletas. Te quedas solo en el jardín. — Camina por mi lado y sube las escaleras dándome la espalda.
Me giré e inconscientemente mis ojos fueron a su trasero y pude notar que se había dado cuenta, y una sonrisa salió de su cara, mostrándome de nuevo sus hermosos hoyuelos.
No pude evitar negar con una sonrisa en mi cara.
Mire el jardín desde las escaleras.
— No voy a terminar ni para finales de verano.
...
Pasadas unas cuantas horas en el jardín, me quité la camiseta usándola como trapo para secar mi sudor. Me quedaba bastante por acabar, nada más había hecho la mitad del jardín y estaba agotado.
Fui a la cocina a por un baso de agua fría, y allí estaba Ali, con ese pijama que tanto me gusta. Estaba preparando limonada.
Miro la limonada que entela el vaso de lo fría que está con recelo.
— ¿Qué quieres? ¿Ya has terminado del jardín? — Ni siquiera me miro y continuo con sus cosas.
— Me queda la mitad... — De reojo ve como miro el vaso. — Oye, ¿podrías ayudarme un poco no?
Se giró para contestarme, pero por algún motivo no lo hizo, se quedó callada y volvió a lo suyo otra vez. Note como sus mejillas se volvieron rojas y entonces empecé a notar que evitaba mirarme.
Es de las chicas más inocentes que he conocido.
— Oye... — Quise bromear para ver si podía ponerse más roja. Una vez su atención estaba en mí continué. — Si quieres tocar puedes... Pero a cambio ayúdame con el jardín.
De golpe giro la cabeza hacia la pared en señal de vergüenza. Extendiendo sus manos, ofreciéndome un baso de limonada.
Agarre el vaso y le di un trago, estaba buenísima.
— Solamente te daré esto no pienso ensuciarme de tierra solo porque no aguantes un poco de sol.
Intente no reírme así que me mordí el labio inferior, haciendo que sus ojos se desviaran en él.
— Bueno... Gracias de todas maneras, esto ayuda más de lo que crees.
Un pequeño silencio nos invadió mientras terminaba mi bebida, estábamos los dos solos, se oía algún que otro ruido del exterior. No pude evitar ver como se preparaba un vaso para ella y se lo bebía en silencio apoyada en la encimera.
En mi mente se instaló la imagen de un pequeño beso con sabor a limón, al ver sus labios fruncir por la acidez del limón.
Alice noto mi mirada y no pude evitar poner mis ojos en los suyos.
Hice un amago de acercarme a ella, pero enseguida lo entendió y dejo rápidamente el vaso en la encimera y se fue de la cocina....
La tarde se estaba terminando y ya empezaba a refrescar, Todavía no había terminado el jardín, pero había hecho una pequeña pausa y me había estado bañando en la piscina.
No había visto a Alice desde la limonada, sé que no ha comido nada todavía, quizás me esté evitando, pero camine hasta la cocina y prepare dos sandwiches, dos zumos de naranja, deje uno de cada en la mesa del comedor para comérmelos y el otro par se lo lleve a su cuarto para que comiera algo.
Llame a la puerta y no había señales de vida, le dije que le había dejado la comida enfrente de la puerta y que tuviera cuidado al salir.
Entiendo que estuviera incómoda después de mi insinuación, sinceramente no sé que sé por qué se me había pasado por la cabeza.
Al terminar de comer, me duche rápidamente, limpie lo que había ensuciado y me fui a mi habitación, Alaric y Marie no habían llegado todavía, estaba aburrido así que encendí mi consola y busque Netflix, al encontrar una película de miedo, la puse en marcha e intente dormirme al rato.
A media noche alguien llamo a mi puerta así que me levante para ver quien era.
~S.
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SIN QUERER *EDITANDO*
Teen FictionQue conste que es mi primera historia, la estoy corrigiendo todo lo que puedo, ahora mismo esta en *edición* así que si empezáis a leerla quizás llegareis al capitulo que aún no he tocado cuyo no tiene nada que ver con lo que habéis leído hasta ahor...