Estaba en el taxi, escuchando una canción de Bruno Mars que mi hermana me paso por WhatsApp y me estaba enganchando a ella, cuando el taxista me dijo que ya habíamos llegado, me despedí dándole las gracias, ya que mi madre ya le había pagado.
Una vez dentro del aeropuerto, camino hacia al mostrador cuyo es el representante de la compañía de vuelo que voy a usar, le entregué mi tique de embarque a la mujer para que pudiera ver la información del peso que he pagado por mis maletas, una vez confirma el peso de ellas en una cinta a su lado izquierdo, ellas desaparecen de mi vista al entrar en un túnel tapado por una cortina, la mujer me devuelve el tique y le pregunto por indicaciones para saber por donde tengo que ir para que me registren y así después de ello poder esperar mi avión en la puerta de embarque que me corresponde.
Muy amablemente me da las indicaciones. Se lo agradezco y camino hasta el lugar que ella me había señalado, me quito los pendientes y pongo la mochila de mano en unas cestas, el portátil y el teléfono en una bandeja aparte y camino por la puerta del sensor, está no pita y espero a que mis cosas salgan de los rallos x.
Me espero a que digan la puerta a la que mi vuelo le corresponde, una vez la anuncian camino hacia esta.
Después de unas cuantas horas al lado de un señor mayor que no paraba de roncar. Llegué a Canadá, Toronto. Cuando bajé, fui a por mis maletas. Escuche a bastante gente hablando en francés hablando sobre Quebec, sé un poco, pero no me enteraba de casi nada, hablan demasiado rápido.
Cuando las maletas aparecieron por la cinta las cogí y me fui hacia dónde se suponía que mi padre me estaba esperando con su esposa y su hijastro.
Fui todo lo rápido posible, pero por lo perdida que estaba miraba todos los letreros sin prestar atención, me choqué con alguien y caí al suelo. Por culpa del impacto una de mis maletas se abrió.
— ¡Dios no..! ¡Ten cuidado!, me ha llevado toda la mañana poder cerrarla. — En un abrir y cerrar de ojos el muchacho cerro la maleta sin ningún problema.
Era un chico más o menos de mi edad. Tenía el pelo castaño y unos ojos preciosos... Me intimido un poco, ya que su mirada fue directa a mis ojos y aparte de congelarme la sangre por mi parte no podía sostenerla por mucho más tiempo.
Pero me miró con rabia cuando empezó a hablar.
— Perdona, pero habías sido tú quien corría mirando las paredes, podrías simplemente decir gracias y marcharte.*Espera, ¿Me acaba de regañar?* Le lanzo una mala mirada y me separo para alejarme.
El muchacho al caminar por su lado me detiene agarrándome del antebrazo.
— ¿Cómo te llamas? — Me preguntó antes de que pudiera decirle algo sobre su agarre.
— Alice, ¿Por qué lo preguntas? — Su mandíbula se tensa, baja su vista hacia el suelo y su mano derecha se la pasa por la nuca mientras susurraba un 'mierda' entre dientes.
— Tu padre te está esperando fuera... —Se gira y empieza a caminar, junto con mis maletas lo seguí llegando a la salida.
Salimos fuera, llegando al aparcamiento y el chico se fue dentro de un coche negro y cerró la puerta, mientras que mi padre me esperaba apoyado en la puerta del todoterreno. Me vio y me dio un abrazo. Uno de los momentos más incómodos que he vivido hasta ahora.
Siendo sinceros, yo no conozco a este señor, por mucho que sea mi padre biológico, nunca se ha comportado como tal, por lo menos conmigo. Entiendo que abracé a mi hermana y seguramente se ha dejado llevar, ya que debe reaccionar de esta manera con ella.
Pero esta es como la primera vez en muchísimos años que nos vemos. Me habría sido más cómodo un apretón de manos.
En todo aquel largo camino no salieron palabras de nuestras bocas, la tensión que había dentro del coche se podía notar a quilómetros. Tanto por el muchacho en el asiento del copiloto, como por la mía y la de mi padre.
Creo que se ha dado cuenta de mi incomodidad por el abrazo.
— Ya hemos llegado. — Me informó Alaric, miré por la ventana, sorprendida abro mi boca sin poder creerme lo que estaba viendo.
Llegamos a una casa enorme de color blanca, con un jardín precioso y verde rodeado de flores.
— Deja que coja tus maletas, te acompaño a tu habitación. — Dijo mi padre de forma gentil. — Debes de estar cansada.
— Gracias. — No sabía de qué forma dirigirme a él, así que simplemente lo llamé por su nombre. — Alaric.
Este se acerca a la puerta y la abre con su llave, el muchacho se adelanta a nosotros y entra en casa. Alaric se echa a un lado para que yo pueda pasar antes que él. Una vez dentro cierra la puerta y arrastra las maletas al lado de las escaleras deteniéndose en ellas.
— Mi esposa está trabajando hoy, pero no debería tardar mucho en llegar. — Asiento y le sonrío. Tampoco quiero ser una antipática.
Miro al muchacho sentándose en el sofá que hay en el comedor, enciende el televisor y nos ignora totalmente.
— Su nombre es Alexander. — Aparto la mirada. — Pero le llamamos Alex.
— No habla mucho. — Alaric se ríe.
— No suele hacerlo si no te conoce, es ¿tímido? Quizás reservado sería una descripción más apropiada.
— No me digas que tu mujer se llama Ana o algún tipo de nombre con A, me sorprende que todos nuestros nombres empiecen con A... Es raro.— Bueno yo te puse tu nombre, ya que se parece al mío, y lo de Alex es pura coincidencia. — Ríe de nuevo. — Mi esposa se llama Marie. — Me mira. — ¿Mejor? — Asiento.
Mi padre me acompaño al piso de arriba, me enseño donde estaba el baño y mi habitación, me dijo que más tarde me enseñaría el resto de la casa.
Por ahora me puse cómoda, abrí la maleta para coger mi ropa y colocarla en el armario. Todo era blanco, las paredes, las cortinas, la puerta, las sabanas, los cojines. Con un contraste negro en los muebles, y la alfombra cuadrada encima del suelo de madera.
Escuché unas risas que provenían de la escalera, podía escuchar como se acercaban a mi cuarto.
Llamarón a la puerta y unos segundos después esta se abrió. Alaric estaba al lado de una mujer.
Debía tener unos 45 años, sus ojos eran verdes, y su cabello era pelirrojo natural. Su sonrisa era perfecta y se podían apreciar pecas en sus mejillas, llevaba puesto un vestido largo, con margaritas dibujadas en la parte del escote. Unos tacones blancos que sonaban por toda la casa.
— Hola Alice me llamo Marie.— Alza la mano en modo de saludo.
— Encantada, gracias por dejar que me quede durante el verano. — Simplemente le sonreí.
— Alaric me ha informado que ya has conocido a Alex. — Miré a mi padre cuyo no dejaba de sonreír.
— Algo así.
— No se lo tomes mucho a pecho. Está pasando por un bache por un asunto de sus padres y mientras se queda conmigo, ya que soy como una tía para él — No entendí mucho a que se refería, pero asentí y deje el tema de lado.
*Creía que mi padre dijo que él era su hijastro*Después de una pequeña charla, ambos se van al piso de abajo dejando la puerta abierta.
Me tumbo en la cama mirando el techo, cojo mi móvil y miro los mensajes de mis amigos y las notificaciones que tenía en las redes sociales.
Unos golpes en el marco de la puerta llamarón mi atención, me giré para encontrarme con Alex apoyando su cuerpo en este.
—¿Ocurre algo? — Pregunto al ver que no dice nada.
— Aquí les gusta jugar a la 'familia feliz', No te dejes engañar. ¿Hermanita? — Una sonrisa de lado no muy agradable, apareció en sus labios.
— Técnicamente por lo que he oído, ni siquiera somos hermanastros. — Me siento en el colchón.
— No, no lo somos, pero solo dentro de esta casa. Pero ¿Fuera? Para el resto de la gente, ahora somos hermanos.
— ¿Por qué? — Pregunté. Alex se me quedo mirando en silencio por un rato.
— Chanchullos.
...
Al salir de la ducha fui a mi habitación y ahí estaba él, sentado en mi cama, esperándome mientras cotillea una de mis libretas.
— ¿Qué quieres ahora?— Mi voz sonó borde y es exactamente cómo quería que fuera.
— Quería darte un beso de buenas noches. —Me mostró esos perfectos dientes con una estúpida sonrisa.
— Me temo que no romeo.— ¿Pero qué se ha creído? — ¿Podrías dejar mis cosas en su sitio? No son para ti precisamente.
— Bueno he visto la libreta y creía que sería tu diario. Pero no. Una pena. — Deja mi libreta a un lado. — Pero eres buena. — La señala y se levanta.
—¿A qué viene esto?
— Bueno si vamos a interpretar el papel de hermanos, tendremos que hacerlo bien por lo menos.
Me crucé de brazos sin gracia alguna, Alex camino en mi dirección me alboroto mi cabello mojado y se fue de mi habitación.
— Buenas noches.- S
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SIN QUERER *EDITANDO*
Novela JuvenilQue conste que es mi primera historia, la estoy corrigiendo todo lo que puedo, ahora mismo esta en *edición* así que si empezáis a leerla quizás llegareis al capitulo que aún no he tocado cuyo no tiene nada que ver con lo que habéis leído hasta ahor...