Akira insertó con cuidado la llave del aula B3 en la cerradura. Sabía que el más mínimo ruido sería el equivalente a "¡Arrividerci, Akira!" y un cuchillo (o un hacha) en el cuello. Había revisado dos de las tres aulas en el pasillo D sin encontrarse con nadie y quería que eso siguiera así. No estaba demasiado seguro de qué estaba buscando exactamente. No creía que el código estuviera escrito en un papelito. Conociendo a Saiko, tenía claro que sería algo más difícil.
Al entrar en el aula, cerró la puerta tras de sí. No quería tener sorpresas desagradables, como una asesina entrando silenciosamente y apuñalándolo por la espalda (literalmente).
Al mirar hacia la pizarra, una sonrisa corrió por sus labios.
XX3X.
Saiko le estaba facilitando el código dígito por dígito.
Buscó a ver si encontraba alguna llave, pero eso ya sería demasiada suerte. Obviamente, no había nada más, pero Akira decidió no perder la esperanza.
Cuando ya se iba, se figó que en la pared había un papel colgado con celo que brillaba con una rara luz naranja. Akira se le acercó. Ahí estaba dibujado con boli un chico que se parecía mucho a él... o más bien era él. A su alrededor estaba dibujada la cara de Saiko tres veces, cada una con una expresión distinta, pero todas parecían estar felices de tener a Akira cerca. El chico suspiró. Saiko parecía amarle de verdad. Aunque era una asesina, no le gustaba tener que romperle el corazón.
Akira quitó el papel y lo cogió consigo. No sabía por qué. Tal vez deseaba tener un recordatorio de que Saiko estaba loca, pero de amor por él. Puede que eso le ayudara a no ver solo lo malo en ella.
— ¿Te gusta, Senpai?
Akira se giró rápidamente y vio qie tenía a Saiko detrás. Quería huir, pero no podía. Su cuerpo se quedó inmóvil por el miedo y el agobio.
— He colgado dibujos como este por todo el instituto – dijo ella. – Debes saber cuánto te quiero, Senpai...
La boca de Akira se abrió, pero sus labios se negaron a formar palabras.
Ella empezó a caminar hacia él. Akira estaba entre la espada... o más bien el cuchillo y la pared. Saiko había logrado acorralarle en una esquina. No tenía escapatoria.
El chico cubrió su cara con sus manos. No quería ver cómo el cuchillo de Saiko se clavaba en su piel. En el mismo instante en el que levantó la mano con la que sujetaba el dibujo, este empezó a brillar con aún más fuerza.
— ¡Oh! – exclamó Saiko y cubrió su cara con sus manos como para protegerse.
Ese efecto duró unos cinco segundos. Pasado ese tiempo, el dibujo dejó de desprender la fuerte luz, pero Saiko estaba demasiado despistada como para darse cuenta de que su Senpai ya no tiene ningún arma que pueda usar contra ella. Akira decidió no desaprovechar la oportunidad y se fue pitando. Para cuando Saiko espabiló, en el aula ya no había nadie excepto ella.
— ¿Qué era eso? – se preguntó ella a sí misma en voz alta.
— La única forma que tiene tu Senpai de defenderse – respondió el demonio desde su interior. – Si utiliza los ocho dibujos que están repartidos por este instituto contra ti, sería como exorcizarte. Yo ya no estaría en tu cuerpo, y teniendo en cuenta que yo soy lo único que te mantiene con vida...
— Moriría – suspiró Saiko – ¿Les has proporcionado tú esa habilidad a mis dibujos? – preguntó ella un poco cabreada.
— Te lo advertí.
— ¿Y por qué le ayudas? ¿Es que no estás de mi lado?
— Yo también tengo que divertirme de alguna forma, ¿no crees? Además, soy un demonio, guapa. Puedo hacer lo que me dé la gana. Incluso puedo darle a tu Senpai la llave de salida.
— Se puede saber de qué bando estás?
— Si no estuviera del tuyo, ya les habría entregado la llave a los chicos y les habría tendido una alfombra roja que los lleve hasta la salida, querida.
Saiko decidió dejar la conversación, dándose cuenta de que con un demonio no se puede razonar. Ella simplemente salió del aula sin decir ni una palabra más.
Bueeeno, el primer capítulo más o menos largo en bastante tiempo XD. Intentaré seguir así.
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Equipo yandere
FanfictionTres yanderes. Tres Senpais. Qué puede salir mal? Respuesta resumida: todo. Respuesta alargada: muchas cosas, pero muchas más cuando los yanderes forman una siniestra alianza... ¿Qué pasaría si al final los seis acaban metidos en un macabro juego de...